Hipnosis y Acupuntura

La acupuntura, del latín acus = aguja y punctura= punzar es el término con que se conoce a un antiquísimo método terapéutico surgido en China, denominado Tschen – Ziu y consistente en introducir agujas metálicas muy finas en determinados puntos de la piel: los canales o meridianos. La base filosófica de la acupuntura es el taoísmo, (de tao: camino); doctrina materialista primitiva que pretendía elucidar la evolución y las transformaciones de la naturaleza, la sociedad y el universo en pleno.

Partiendo de la existencia de dos elementos opuestos y complementarios a la vez, sinérgicos y antagónicos, en cualquier fenómeno que se manifieste, tratan de explicar la naturaleza de todo proceso universal e identifican tales cualidades como ying y yang, ambos relacionados mutuamente en la ley universal del mundo material. Estas esencias deben estar dinámicamente equilibradas para que haya salud, pues cuando ello se rompe por la preponderancia de una se desencadenan nuevas formas de movimiento que propenden a un nuevo equilibrio.
Las enfermedades se producen por un desequilibrio manifiesto, donde ya sea por déficit o exceso de energías, de modo que la acción terapéutica debe ser dirigida a corregir las alteraciones. Para comprender los procesos patológicos conviene citar varias teorías, entre las que sobresale la de los cinco elementos (aire, tierra, fuego, madera y metal, la de los siete factores emocionales, la cual destaca el importante efecto que ejerce la función psíquica sobre la enfermedad, en especial las emociones : la alegría, la cólera, la ansiedad, la meditación (entiéndase como tal una postura y conducta reflexivas que incluyen la preocupación y diferentes obsesiones), el miedo y el terror.
Si asumimos que en la medicina tradicional, el concepto de energía se refiere a la actividad fisiológica, entonces puede entenderse por qué cuando dichos factores, persisten y alteran en el normal funcionamiento orgánico, son capaces de causar estados morbosos y afectar los diversos sistemas; condición que en la medicina occidental se conoce como situación de estrés . De igual forma actúan con carácter patógeno: la alimentación inapropiada, el estasis sanguíneo, los traumatismos y el exceso de trabajo y descanso (en este último caso, la inactividad). La inactividad conduce al sedentarismo, que es un factor de riesgo; en tanto el estasis sanguíneo, el cual constituye un exceso de la energía vital que nutre al organismo, provoca disfunción y enfermedad porque rebasa los límites energéticos de aceptabilidad funcional y normalidad. En relación con estos criterios, que en su contenido tratan de esclarecer por que las personas enferman, es preciso hurgar en la búsqueda de elementos confluyentes que posibiliten vincularlos con la medicina occidental y las terapias empleadas abundantemente por ésta, entre las cuales figura la hipnosis. Muestra de ello, y en virtud de ejemplificar como funcionan los mecanismos recurrentes que propician esa confluencia, cabe hacer mención de los usos más demandados de la terapia acupuntural: el alivio del dolor agudo o crónico por su acción analgésica y su eficacia en las intervenciones quirúrgicas por su valor anestésico. Se reconoce como hecho probado que las estimulaciones acupunturales, al igual que las hipnóticas y autosugestivas, promueven la elaboración de endorfinas a nivel hipofisario, en los puntos de inserción de las agujas y en otros receptores conectados a distancia o proximales, de forma que a su vez son estimulados directamente. Este mecanismo se asemeja al de los procesos que se ocurren por la acción de los contenidos semánticos inherentes a los paquetes informativos que se intercambian a través del trance hipnótico y los que se producen por la labor manipulativa de las necesidades y tendencias del propio individuo. En 1982, el Dr. Raymund Prince, prestigioso investigador de la Universidad de Ottawa (Canadá), demostró que tanto la acupuntura como la autosugestión liberan neurotransmisores opiáceos de los cuales se sabe que los naturales (endorfinas y sus similares) ejercen una función específica para lograr estados de bienestar psíquico y físico, así como para inhibir el dolor, o mejor dicho, para percibirlo. Un ejemplo ilustrativo es que en los procederes no acupunturales, al producirse estos opiáceos, mediante inducción hipnótica, que implica la imaginería, el procesamiento de información con valor simbólico o por aplicación de placebos (que también pueden ser concebidos imaginéricamente) amortigua eficazmente el dolor y reporta muy buenos resultados en terapéuticos; pero si a ese tratamiento se adiciona una sustancia antagonista (naloxona), se contrarresta de inmediato la respuesta favorable, aun cuando los pacientes desconozcan que les han administrado un medicamento inhibidor de los opiáceos. Lo mismo ocurre si el procedimiento bloqueador de la manifestación dolorosa es la acupuntura. ¿Cómo se obtienen idénticos resultados con diferentes métodos? Según la Teoría de control de las compuerta de Melzack y Wall (1968-1999) la percepción del dolor es modulada por una puerta funcional que permanece abierta en condiciones normales, en tanto el impulso doloroso viaja por fibras finas. Cuando se introduce una aguja, se genera una segunda corriente de impulsos no dolorosos que bloquean los de la primera vía inhibiendo o disminuyendo la sensación de dolor lo que se corresponde con el enfoque de que este puede suprimirse estimulando las grandes fibras sensitivas A beta de los receptores táctiles periféricos; acción atribuible a un tipo de inhibición local lateral en la médula espinal.
Así se explica por qué maniobras tan sencillas como frotar la piel cercana al área dolorosa o aplicar linimentos suelen calmar el dolor; y precisamente sobre dicho mecanismo y el de la excitación psicógena del sistema de la analgesia central se basa con bastante certeza el alivio de esa manifestación por medio de la acupuntura.( ) También se plantea la probabilidad de que la analgesia hipnótica produzca la inhibición centrífuga de la transmisión nocioceptiva; opinión que se aviene con la teoría de control de la compuerta de Melzack y sirve para validar la confluencia entre la acupuntura con sus afines más cercanos (la digitopuntura y el Shiatsu) y la hipnoterapia. Partiendo del concepto de que el dolor es multifactorial, que involucra aspectos sensitivos y subjetivos, puede comprobarse que ambos procederes actúan en dirección a calmar la mente, es decir, a relajar. Tanto es así, que en cualquier tratamiento acupuntural para aliviar el dolor angustiante se usan los puntos Pericardio 6 y Corazón 7, que disminuyen o eliminan los niveles de tensión, ansiedad, angustia; resultado que también se logra con la hipnosis, cuando relajamos al paciente mediante la respiración profunda o le infundimos calma, tranquilidad y sosiego, de forma que se revierta el síntoma. La acupuntura y la hipnosis pueden utilizarse juntas, pues ambas se potencian y complementan para obtener una respuesta terapéutica más rápida y efectiva, independientemente de cual se empleó primero.
Como ya se ha hablado sobre el manejo del dolor, conviene abordar el uso de la hipnoacupuntura para resolver otro problema, el de las disfunciones sexuales, uno de los más comunes en la práctica médica, que afortunadamente han vencido el ostracismo social por los avances en la educación sanitaria y hoy es reconocido por la mayoría de las personas que lo presentan como un trastorno de salud que debe ser atendido al igual que una gripe, un desequilibrio estomacal o una afección cardiovascular.
Se trata aquí entonces de esclarecer que en los estados psicológicos propios que acompañan las disfunciones sexuales, prevalecen el miedo, la ansiedad, la cólera y el terror, lo cual provoca de excitación mental o depresión y desordena la función orgánica por corto o largo tiempo.
Si lo comparamos con las disfunciones sexuales de carácter psicógeno, que son las preponderantes y representan entre 85 y 90% de todas las disfunciones, podremos convenir que tanto en la medicina occidental como en la oriental ocupan un lugar importante los factores de tipo emocional , que sabemos generan un desbalance fisiológico con repercusiones somáticas, es decir, una disfunción de los órganos Tsan Foo, que perturba la circulación energética de Qu y Xue y el resultado de la acumulación de los nutrientes que van a las células para garantizar las funciones vitales.
Una propuesta de modelo basado en nuestra experiencia en el tratamiento de las disfunciones sexuales eréctiles (impotencia) y orgásmica (eyaculatoria), contempla:
• Explicar al paciente una vez recibido, identificado, interrogado y examinado físicamente en que consiste la combinación terapéutica a emplear y que se persigue con ella.
• Orientar que debe desayunar antes de asistir a las sesiones acupunturales matutinas, para activar las energías y poder responder adecuadamente a ese mecanismo. Siempre se indagará al respecto antes de proceder a la terapia, para no aplicarla en caso contrario.
• En esa o la próxima sesión se comenzará relajando al paciente en la posición de sentado o acostado, teniendo en cuenta las agujas que se colocarán y la región anatómica correspondiente a través de la respiración profunda o diafragmática, y una vez logrado este nivel, se pasará a inducir el trance hipnótico como regularmente se hace a través de la técnica preferida por el operador o las que usualmente se emplee.
• Logrado el trance hipnótico se profundizará y se preparará al paciente para la introducción de las agujas, sin inducir función anestésica o analgésica alguna para poder comprobar si estas producen una especie de calambre o dolor ardiente, lo cual indica que están bien ubicadas y que podrán usarse con la finalidad deseada.
• Luego se iniciará la labor con las sugestiones propias que podrán ser directas y estarán dirigidas a potenciar mucho mas la acción acupuntural hasta obtener un efecto de sanación cualitativa; e indirectas, en busca de la imaginación creativa, la visualización y la colocación del aparato circulatorio como centro de la eficiencia en la irrigación sanguínea, para así aumentar la erección, y del sistema nervioso para controlar la acción eyaculatoria y la ansiedad, asociada a la primera. Para estimular eficientemente la circulación de la sangre se pueden utilizar diversas metáforas, que además de expresar el nivel simbólico necesario, se aproximan a símiles de funcionamiento eficaz, por ejemplo: el poder de una grúa para levantar pesos o el de una tubería electrónica para regular la rapidez y cantidad de líquido que aporta a la red de acueductos, entre otros.
• Considero que durante el trance hipnótico debe sugerirse la necesidad de que se operen cambios en el pensamiento del paciente, relacionados con su forma de percibir y concebir el sexo y la función sexual, la cual ha de valorarse como un placer y no como una meta, una obligación o una tarea que implique esfuerzos extraordinarios. Todos estos argumentos intentan aligerar la carga tensional que impone pensar en la incapacidad para cumplir satisfactoriamente esa función.
• También debe insistirse en la capacidad de amarse a sí mismo para fortalecer la autoestima y confiar en sus potencialidades y posibilidades como un hecho viable, objetivo, real.
• Esta dinámica de trabajo se repetirá en las sesiones de trabajo subsiguientes, controlando siempre la evolución del paciente, su percepción del hecho y la opinión de su cónyuge o compañera en la vida.
En muchas oportunidades, las personas con dichas disfunciones tratarán infructuosamente de resolverlas mediante el establecimiento de nuevas relaciones, pensando que a manera de ensayo y error, se probarán a sí mismos y lograrán readquirir su función normal; pero es justamente aquí cuando deben limitarse los contactos a su pareja estable o a la que mejores resultados le proporcione en términos de confianza, comprensión o desinhibición, así como regular los coitos para ir restableciendo una sensación de seguridad que esté a tono con la expectativa de progresión lógica del tratamiento.
Como parte de la terapia deben asignársele tareas a realizar, que además de entrar en la modalidad de sugestiones poshipnóticas, serán controladas y revisadas en cada sesión terapéutica subsiguiente.
En virtud de los adelantos, se le acortarán al paciente los períodos intercoitos para que su frecuencia refuerce los patrones fisiológicos o estereotipos dinámicos de los nuevos hábitos de funcionamiento sexual, pues lo que se persigue es justamente cambiar tales patrones de conducta y pensamiento.

<<Resumen tomado del libro La Hipnosis y sus aplicaciones Terapéuticas del Dr. Alberto Cobian>>