Por: Lic. Lilianis Becerra Paz
Este Día se celebra cada 22 de marzo para reafirmar el valor del líquido vital, considerando que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad. Para tristeza de la humanidad, 2 200 millones de personas viven sin acceso al agua potable.
El crecimiento de la población, las crecientes demandas de la agricultura y la industria, y el empeoramiento de los impactos del cambio climático ponen en peligro el preciado líquido, razones por las cuales este año la celebración de este Día Mundial del Agua se propuso trabajar lo que significa ésta para las personas, cómo podemos ahorrarla si queremos disfrutar de su existencia en el hogar y en la integridad de nuestro entorno natural. No podemos olvidar que es un recurso finito e insustituible.
Hoy cuando en el Objetivo No. 6 de Desarrollo Sostenible, nos proponemos Agua y Saneamiento para todos antes de 2030, todavía, 1 de cada 3 personas viven sin agua potable, algo que pudiéramos mejorar si contáramos con un sistema de saneamiento y un suministro de agua adaptados al cambio climático que podrían salvar la vida de más de 360 000 bebés cada año, si limitáramos el aumento del calentamiento global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales, que reduciría la sequía causada por el clima hasta en un 50%.
No olvidemos que el clima extremo ha causado más del 90% de los desastres mayores en la última década y que para el 2040, se proyecta que la demanda mundial de energía aumente en más del 25% y que la de agua se incremente más del 50%.
Tengamos en cuenta en este tiempo de Covid-19 una realidad probada, la mejor manera de protegernos contra la enfermedad que hoy ya ha cobrado millones de vida a nivel mundial, es el lavado frecuente de las manos.
Tú, Yo, El y Ella, todos debemos usar conscientemente el vital líquido. De nosotros depende la vida en el planeta. Ahorra por ti, por tu familia, por Cuba por la Humanidad. Aporta tu granito de arena, únete al cumplimiento de las medidas hídricas y de saneamiento, ellas son clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.