Por: MSc. Olga Lydia Paz Figueroa
20 de octubre, fecha de gran significación histórica para la nación desde 1868. En Bayamo, poblado más próspero del oriente cubano, las tropas mambisas, al mando de Carlos Manuel de Céspedes, tomaron la ciudad y el pueblo, entonó por vez primera, las notas del Himno de combate, la Bayamesa, compuesto por Perucho Figueredo.
Sobre el acontecimiento expresó el apóstol “Para que lo entonen todos los labios y lo guarden todos los hogares, para que corran de pena y amor las lágrimas de los que oyeron en el combate sublime, por primera vez, para que espoleen la sangre en las venas juveniles, el himno cuyos acordes, en la hora más bella y solemne de nuestra Patria, se alzó el decoro dormido en el pecho de los hombres”.
Dos de las estrofas de aquella creación, trascienden en el tiempo hasta nuestros días convertidas en Himno Nacional. Hoy nos siguen llamando al combate por la libertad, la independencia, la soberanía y la defensa nacional, para que la patria contemple orgullosa a sus hijos, que no olvidan la historia vivida y reafirman “morir por la patria es vivir” porque “en cadenas vivir es vivir en afrenta y oprobio sumido”.
Como parte de la Jornada, en vísperas del Día de la Cultura Nacional, la Peña Fajardo reanuda sus actividades, en esta ocasión, protagonizada por Richard como anfitrión y sus invitados. Una respuesta de la comunidad universitaria de la facultad Manuel Fajardo de la Universidad de Ciencias Médicas de la Habana, a estos tiempos.