La historia vivida no puede ser olvidada

Por: MsC. Olga Lydia Paz Figueroa

El 16 de abril de 1961 cuando todos los cubanos rendían tributo a las víctimas del cruel bombardeo, el líder de la naciente revolución cubana habla a su pueblo y proclama ante el mundo el carácter socialista de ésta:

“Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba”.

Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!”

“¡Y que esa Revolución socialista la defendemos con esos fusiles!; ¡y que esa Revolución socialista la defendemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores”.

“Y esa Revolución, esa Revolución, esa Revolución no la defendemos con mercenarios; esa Revolución la defendemos con los hombres y las mujeres del pueblo”.

Esas expresiones fueron aprobadas unánimemente por los presentes y en simbolismo patriótico, levantaron sus fusiles como signo de reafirmación revolucionaria, acción que dejó instituido en el país, el Día del Miliciano.

A 60 años de aquel 16 abril, la comunidad universitaria de la facultad Manuel Fajardo junto a la inmensa mayoría del pueblo cubano reafirma aquellas proféticas palabras del Comandante en Jefe Fidel Castro: “… esta es la revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida”. La Historia vivida no puede ser olvidada.