Aniversario 143 de la Protesta de Baraguá

Por: MsC. Olga Lydia Paz Figueroa

Mangos de Baraguá, ubicado en el territorio de la actual provincia de Santiago de Cuba, fue testigo el 15 de marzo de 1878  de lo que ha trascendido en la historia de la nación como la Protesta de Baraguá.

Acontecimiento en el que se enfrentan: por el gobierno español, Arsenio Martínez Campo, quien pretendía hacer acatar la Paz del Zanjón, que significaba rendir las armas ante el dominio colonial y por las fuerzas independentista cubanas, el Titán de Bronce, acompañado de un grupo de mambises, quien patentizó su irrevocable decisión de no aceptar la Paz sin la independencia y la abolición de la esclavitud, objetivos por los cuales llevaban diez años luchando.

La digna y co

mbativa actitud de Maceo y sus seguidores, no fue suficiente para continuar la lucha independentista, desgastadas las tropas, sin refuerzos del exterior y con superioridad del enemigo, imposibilitaron que el 23 se rompiera el corojo, a la altura de como se había pronunciado en Baraguá.

T

ras reanudarse la contienda independentista, desde ese histórico sitio, en 1895 el Lugarteniente General partió al frente de una columna invasora que puso en pie de guerra a toda la isla, arrasó con el poderío económico de España y demostró la capacidad combativa de un pueblo cuando le asiste la razón.

Este acontecimiento trasciende como uno de los hechos más significativos de la guerra y como expresión genuina de la entereza de los líderes independentistas y del pueblo cubano. Expresó el Apóstol José Martí en carta dirigida a Antonio Maceo el 25 de mayo de 1893: “Precisamente tengo ante los ojos “La Protesta de Baraguá” que es de lo más glorioso de nuestra historia.”

Posteriormente, en ocasión de celebrarse el acto por el centenario de la Protesta de Baraguá, el Comandante en Jefe Fidel Castro destacó: “Lo que sí puede afirmarse es que con la Protesta de Baraguá llegó a su punto más alto, llegó a su clímax, llegó a su cumbre, el espíritu patriótico y revolucionario de nuestro pueblo; y que las banderas de la patria y de la revolución, de la verdadera revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocadas en su sitial más alto.”

Desde aquella página gloriosa de la historia de la nación hasta la fecha, el espíritu de Baraguá acompaña, la estirpe que allí  enfrentó al dominio colonial, también estuvo presente en el enfrentamiento al dominio neocolonial, enfrentó las dictaduras, la construcción de la nueva sociedad y  enfrenta hoy, con altruismo inigualable los retos del nuevo tie

mpo histórico, defendiendo el legado recibido de los padres fundadores y de los que le continuaron, con el único compromiso posible: ¡Libertad o Muerte!, ¡Patria o Muerte!, ¡Socialismo o Muerte! ¡Venceremos por la Vida!