Hoy cumple 92 años. Cumple, sí, en presente, porque de otro modo obviaríamos su probada inmortalidad y negaríamos su constante presencia, desde esa dimensión maravillosa llamada corazón del pueblo, donde volvió a nacer, de manera espontánea.
Una existencia como la suya debe ser celebrada, aun más allá de las barreras corpóreas. Fidel dejó, en cada lugar a donde lo condujeron sus certeros pasos, las más profundas huellas de esperanza y humanismo, no porque aspirara con sus actos a reconocimiento alguno, sino porque todo su ser devino unidad incorruptible entre pensamiento, discurso y hechos. Leer más