Ser curioso es sentirse atraído por cosas que, a criterio personal, son interesantes. Los curiosos buscan ir más allá de lo aparente, y tienen una observación detallada de la realidad. Por esto, la curiosidad es buena para la salud.
La curiosidad reduce los riesgos de enfermedades cardiovasculares y neurológicas, la salud mental se fortalece y la persona curiosa suele ser más inteligente. Ayuda a fortalecer los vínculos y nos hace más sociables, conversadores y enérgicos. Además se ha comprobado que los curiosos son más felices.