Acabo de regresar de una visita a la República Democrática del Congo junto con António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, donde hemos conocido de primera mano la respuesta al brote de ebola. Una vez más, he comprobado que el ebola es un síntoma más de un problema más profundo: cuando la gente no tiene acceso a los servicios sanitarios o estos son de mala calidad o no satisfacen las necesidades de las personas, las enfermedades se pueden propagar llevándose muchas vidas.
Por eso es tan importante la Reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la cobertura sanitaria universal (CSU) que se celebrará el próximo 23 de septiembre. Se trata de una ocasión histórica para que los dirigentes de todo el mundo se comprometan a que ninguna persona quede desatendida por los servicios sanitarios solo porque no tiene acceso a ellos o no puede pagarlos.
En 2015, dirigentes de todo el mundo se comprometieron a alcanzar la CSU en 2030, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En el período previo a la Asamblea General, la OMS y sus asociados publicarán la nueva versión del Informe mundial de seguimiento sobre la CSU, en el cual se pondrá de manifiesto que hemos perdido el rumbo para alcanzar esa meta. Todavía hay demasiadas personas que carecen de acceso a los servicios sanitarios básicos o que se ven empujadas a la pobreza extrema cuando deben pagar por ellos.
En septiembre de este año, todos los países firmarán la declaración sobre salud más completa de la historia. Esta declaración se basa en los compromisos contraídos por los dirigentes mundiales en la Conferencia Mundial sobre Atención Primaria de Salud celebrada en Astaná en 2018, especialmente el de reforzar la atención primaria como pilar básico de la CSU.
Concretamente, los países se comprometerán a invertir en cuatro esferas principales: reforzar los mecanismos de financiación, aumentar la repercusión de los servicios, potenciar el personal sanitario y mejorar la gobernanza y la capacidad institucional.
Mi mensaje en la Reunión de alto nivel será claro: la CSU es una elección política. Pido a todos los dirigentes que elijan esta opción y empiecen a aplicarla participando personalmente en dicha reunión y haciendo lo posible para que sea un éxito. Todo el mundo puede expresar su apoyo por la #SaludParaTodos (#HealthForAll) firmando la petición que figura en la siguiente página: https://www.who.int/es/universal-health-coverage/petition.
Pero, además, la CSU es una buena elección desde el punto de vista económico. Cuando un país invierte en salud, siembra para recoger frutos en forma de productividad y crecimiento económico. Las personas sanas son capaces de aprender, ganarse la vida, trabajar y crear, proporcionando enormes beneficios a las empresas, las economías, las personas, las familias y las comunidades.
La OMS se ha comprometido a ayudar a los países a avanzar hacia la CSU prestando asistencia técnica y apoyo estratégico. Estos esfuerzos se verán reforzados por iniciativas como el movimiento mundial CSU2030, encaminado a fortalecer los sistemas de salud, y la Alianza para la colaboración en pro de la cobertura sanitaria universal, que proporciona a los países conocimientos técnicos, creación de capacidad y apoyo al diálogo sobre políticas.
Sin embargo, la OMS no debe ser la única institución que empuje a los países para alcanzar la CSU y otras metas sanitarias de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Además del Informe mundial de seguimiento sobre la CSU, la OMS y otros 11 organismos publicarán el 24 de septiembre el Plan mundial de acción por la vida sana y el bienestar para todos, en el que se definen vías de colaboración para hacer realidad esas metas sanitarias armonizando nuestra labor, agilizando los progresos y rindiendo cuentas de nuestros resultados.
En la Cumbre sobre la Acción Climática organizada por el Secretario General de las Naciones Unidas, que se celebrará el 23 de septiembre paralelamente a la Reunión de alto nivel sobre la CSU, se presentarán dos compromisos fundamentales en la esfera de la salud: reducir las emisiones de carbono y la contaminación atmosférica, y estimular la inversión en materia de lucha contra el cambio climático, salud pública y desarrollo sostenible.
Todo ello se resume en un único acontecimiento: en septiembre de 2019, el mundo se reunirá para progresar mejor a fin de prestar atención sanitaria a todas las personas. Espero verlos en la Asamblea General. Si se encuentran ustedes en Nueva York el 22 de septiembre, acompáñenme al evento «Walk the Talk», en el que celebraremos la salud caminando, corriendo, patinando o paseando por Central Park. Pueden inscribirse en la siguiente página: http://who.int/walk-the-talk-newyork.