Carta del Presidente de la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud

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La Habana, 27 de marzo de 2020.

“Año 62 de la Revolución”.

De: Presidente de la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud (SCPS)

A: Miembros de la Junta de Gobierno Nacional, Presidentes de Capítulos Provinciales y Presidentes de Grupos de Trabajo y/o Secciones.

Queridos colegas:

El mundo se enfrenta a una pandemia que cobra miles de vidas humanas diariamente.

Nuestro país no escapa a sus estragos. Aun cuando contamos con la inobjetable fortaleza en que se constituyen nuestro Sistema Nacional de Salud y la materialización de los principios que les dan vida, hay efectos reales en nuestra población, que se evidencian en temores, incertidumbres, elevados estados de tensión y, por otro lado, de manera paradójica, en una pobre percepción del riesgo, ausencia de los criterios de amenaza real y la subvaloración del ente patológico que azota ya a cientos de países.

Nuestro Gobierno, junto al MINSAP y sus profesionales, libran una importante batalla para preservar a Cuba de los efectos devastadores de la COVID-19. Es épica la actuación de nuestros médicos, enfermeros, tecnólogos y estudiantes en la atención a los enfermos confirmados y de los cientos de sospechosos que se incrementan de manera preocupante.

Somos los psicólogos de la salud los especialistas que mejor preparados estamos parta lidiar con los efectos del estrés agudo que tal situación genera. Es por ello que les convoco, desde la parte que nos toca, a trabajar junto a nuestro Ministerio, las Direcciones Provinciales de Salud y los Gobiernos provinciales y municipales, en todo lo necesario que permita brindar apoyo psicológico a pacientes, familiares, a profundizar en la elevación de la percepción del riesgo, empleando todos los recursos que en el plano de la comunicación y la modificación de actitudes y conductas que nuestra ciencia y profesión brindan.

Trabajar en la atención psicológica a los profesionales que atienden directamente a los enfermos, legitimando y regulando sus emociones y tensiones e identificando tempranamente síntomas de posible fatiga emocional.

Evitar que el pánico se apodere de los enfermos, familiares, población y personal asistencial.

Como pueden observar, no estamos pidiendo nada que no podamos realizar, tan solo significo lo que debemos hacer.

Espero que estas reflexiones, que se originan en la creación colectiva, puedan servir de guía a nuestra actuación, y se constituyan en motivo de orgullo humano y patrio.

Una última cosa. Les exhorto a cuidarse y cuidar a sus familiares y a trabajar con amor infinito por los hermanos necesitados

Reciban un fuerte y sincero abrazo.

 

 

 

 

 

 

Prof. Dr. Alberto E. Cobián Mena

Presidente de la SCPS

 

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