Pautas para aliviar el estrés, el burnout, la fatiga por compasión y el duelo en profesionales de la salud

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Tomado de la Guía para las personas que sufren una pérdida en tiempos del coronavirus (COVID-19) elaborada por especialistas y expertos de la Maestría en Intervención en trauma, pérdida y duelo, IPIR-UB, de España; adaptado por J. Grau (3 de abril 2020), agradeciendo la cortesía de colegas de Psicólogos sin Fronteras de Venezuela.

 La asistencia continuada a personas con COVID-19 puede producir en un primer momento, respuestas de ESTRÉS AGUDO, que afectan a varios niveles y se caracterizan por: 

a) Nivel fisiológico: náuseas, fatiga, escalofríos, mareos, dolor de cabeza, taquicardia…

b) Nivel emocional: ansiedad, miedo, irritabilidad, shock emocional.

c) Nivel cognitivo: hipervigilancia, pensamientos intrusivos, confusión.

d) Nivel comportamental: incapacidad para descansar, para comer o ingesta compulsiva, habla acelerada, gritos.

Estas respuestas son normales, pero con el tiempo se pueden convertir en respuestas de estrés post-traumático y asociarse a fatiga compasional o desgaste profesional, como procesos más crónicos asociados a una empatía desbordada que genera desgaste por compasión sin límites adecuados o a un proceso más erosivo de desgaste o síndrome de burnout.

Para prevenir y/o paliar la sintomatología que pueda desarrollarse se propone:

  • Una vez acabado el turno de trabajo, propiciar una reunión de equipo (defusing y/o debriefing) donde se puedan compartir los hechos vividos, los sentimientos y emociones experimentadas, cosas a mejorar y a felicitar. Esta reunión favorecerá la ventilación emocional y la cohesión grupal.
  • Apoyarse en los compañeros/as, en amigos/as y familia. Es normal que se sobreproteja a estos últimos para no “contaminarles”, pero no debe perderse el contacto y la posibilidad de su apoyo social.
  • Si se hacía alguna práctica de relajación con respiración o meditación, practicarla al inicio y fin de la jornada, si es posible incorporándola como rutina a la vida diaria.
  • Debe comenzarse el día con un discurso interno y externo positivo y optimista, sin dejar de ser realista con la situación. Y terminando el día, agradecer lo recibido y lo aportado en el día, cultivando la compasión y una actitud bondadosa y comprensiva hacia sí mismo y hacia los demás.
  • Durante el trabajo, consolar a otros y consolarse a sí mismo, permitiendo momentos de conexión con el dolor y haciendo paradas breves para dejar fluir el desbordamiento emocional que se pueda estar experimentando…Cada uno debe indagar en sus propia necesidades y darle respuestas en la medida de lo posible para sentirse capaces de la auto-regulación, para sostener la situación y solucionar aquello que dependa directamente de cada uno.
  • Acudir a los profesionales de la Salud Mental que están disponibles si se considera.
  • Cuidar y cuidarse, comer sano, intentar descansar lo suficiente, hacer algo de deporte o ejercicios físicos en lo posible, desconectar de las noticias y del trabajo por tiempos, compartir momentos distendidos con la familia y amigos/as aun cuando sea por corto tiempo, buscar un espacio donde se pueda estar solo si se necesita.
  • Utilizar el sentido del humor, en su justa medida y con respeto a los demás, para liberar emociones y tensiones.
  • Cuando un paciente o persona conocida fallezca, pueden utilizarse aquellos rituales y consejos de los que se ofrecen para el duelo y acomodarlos a las necesidades que tiene cada profesional, pero sobre todo, a las necesidades como persona. Si se considera y así se siente, puede escribirse una carta de condolencia a la familia y/o realizar una llamada telefónica para valorar necesidades y compartir su sentir, esta medida puede ser llevada a cabo de forma individual o desde el servicio institucional que se presta, las familias lo agradecerán y a cada profesional le vendrá bien, porque “ayudar…ayuda”.
  • Finalmente, se proponen algunas pautas a llevar a cabo en la medida de lo posible en la práctica profesional, bien si se trabaja en el ámbito hospitalario o en la comunidad, con el fin de que tener herramientas útiles que ayuden a seguir realizando la labor asistencial de la forma más humana posible a la vez que se reduzcan las respuestas de estrés.

Pautas para profesionales en atención a pacientes en situación de gravedad, durante los últimos días y al fallecimiento por COVID-19

Estas pautas pueden ayudar, tanto a pacientes y familias, como a profesionales, reduciendo su incertidumbre y mejorando su respuesta psico-emocional y física ante las situaciones a las que están expuestos. Es de gran importancia la labor de los profesionales de la salud en estos momentos, tanto para facilitar al paciente que pueda irse tranquilo/a y de alguna manera acompañado/a, como para que los familiares puedan pasar por estos momentos sintiendo que acompañan y expresan su sentir al familiar que está en los últimos días de su vida. Estas pautas, obviamente, se podrán aplicar en la medida de lo posible y adaptándolas a cada situación institucional y personal que resulte procedente. 

Cuando el paciente entra en situación de últimos días:

  • Llamar a los familiares. Cuando se dé información por teléfono hay que tener en cuenta algunas recomendaciones:
  • Identificarse quien llama
  • Dar información clara y progresiva
  • Buscar un momento donde pueda dedicarse unos minutos a la llamada
  • Hacerlo desde un lugar donde no haya mucho ruido y se pueda dar la información con la mayor tranquilidad posible.
  • Dar opción a preguntas y responder las preguntas que pueda hacer el familiar o ser querido, si se tiene la información o respuesta que necesita se le comunica, si se piensa que es posible dar esa información en otro momento, se le hace saber, esto le dará tranquilidad.
  • Información básica que dar a los familiares:
  • Situación en la que se encuentra el/la paciente en cuanto a evolución, posible sedación paliativa y pronóstico.
  • Si es posible, sería conveniente dar la posibilidad de ver al paciente. Si es así, habría que explicarle en qué condiciones podrían hacerlo e informarles que puede ser la última vez que vean a su ser querido y por tanto que piensen como quieren que sea esta visita (hablarle de algún tema, traerle algo especial…), todo ello cumpliendo siempre las medidas de seguridad para que no haya ningún riesgo de contagio.
  • Informarle a la familia de la atención que va a tener su familiar por parte del equipo médico y de enfermería.
  • Si es posible y la familia opta por ver a su familiar, explicarle que puede ser acompañado por algún profesional o miembro del equipo de salud mental. También en este caso es conveniente hacerle una pequeña descripción de la situación, como van a ver a su familiar para que sepan que se van a encontrar.
  • Transmitir a la familia que el paciente está informado del motivo por el cual no está acompañado por sus seres queridos.
  • Informar de la disponibilidad presencial y telefónica, y si fuera posible y seguro, que puedan hacerle llegar algún recuerdo u objeto significativo para el paciente.
  • Si el paciente es incapaz de comunicarse contactar primero con el equipo de enfermería para recoger las últimas comunicaciones que haya hecho y repetir dicha información a los familiares, con quienes debe seguirse procediendo atendiendo al duelo.
  • Información para dar al paciente (si sus condiciones lo permiten):
  • Informarle de la preocupación y la presencia de sus familiares en la distancia.
  • Ofrecerle la posibilidad de trasmitirle a sus familiares algún mensaje y facilitarlo con los medios con los que se cuenta.
  • Darle la opción al paciente de que pregunte y exprese lo que necesita.

En definitiva, se trata de hacer de mediador y trasmisor de información en la medida de lo posible para que ambas partes se sientan acompañadas e informadas; de esta manera se puede evitar o disminuir la incertidumbre, sentimientos de abandono y soledad, facilitando el bienestar y el acompañamiento entre paciente y familiar.

Cuando el paciente fallezca:

  • Avisar telefónicamente a la familia (utilizando las mismas recomendaciones que en el apartado anterior), informar a la familia del procedimiento a seguir y de la opción de acompañamiento que por la situación sea posible llevar a cabo.
  • Intentar habilitar en las salas con atención a pacientes COVID19 un pequeño local aislado y seguro, para permitir las entrevistas con familiares y/o para poder recibir acompañamiento psicológico si así lo requieren. Esto estará sujeto a restricción, según circunstancias y protocolo, puede ser en las funerarias, ya que usualmente no se permiten familiares en los hospitales y/o centros de salud, en tanto que los/as pacientes mueren solos/as, apenas acompañados por los profesionales de la salud. Las familias en la mayor parte de los casos se reencuentran con su familiar fallecido en la funeraria, con un número muy restringido de personas, pero si el fallecimiento ha sido por coronavirus no está permitido el acompañamiento y despedida presencial ni la asistencia a rituales funerarios, son medidas extremadamente duras, pero necesarias en estos momentos.
  • Informar al familiar que no es posible establecer contacto físico con el fallecido ni con cualquier otro material que pudiera estar contaminado y facilitarle el material necesario para que no haya riesgo de contagio, si fuera necesaria su presencia en el hospital o centro asistencial.
  • Puede darse la opción de que los familiares lleven algún objeto simbólico para que el profesional encargado de preparar el cuerpo pueda introducirlo en la bolsa o el ataúd, como forma simbólica de acompañar desde el amor hacia su ser querido.
  • Ofrecer el contacto con el/la trabajador/a social y psicólogo/a, en caso de que requieran y/o soliciten asistencia en este sentido.
  • Enviar una carta de condolencia y/o realizar una llamada posterior a la familia para mostrar nuestro respeto y afecto, así como valorar sus necesidades posteriores. Esto ayudará a las familias y también al personal de salud, cerrando la relación establecida de una forma cercana y humanizada.
  • Recordar que los compañeros/as del/a paciente que están mejor han podido ser testigos de todo el proceso final de alguien con quien probablemente hayan establecido una relación y puede ser beneficioso el reconocimiento también de su dolor, ofertándole el apoyo telefónico del equipo de salud mental si lo requiere.

Dentro del caos, puede pararse un instante y, si se consideras y necesita, el profesional puede realizar un pequeño acto de despedida hacia su paciente (dedicarle algunas palabras o pensamientos, rezar una oración, guardar un minuto de silencio…). Honrar a la persona que fallece ayuda a elaborar el duelo del profesional, para esto debe pensarse cómo le gustaría a uno que se despidiesen de él. Esto ayudará a conectar de persona a persona, facilitará el desahogo emocional y la reconciliación con la parte espiritual de cada uno.

El objetivo de todas estas recomendaciones es facilitar, dadas las circunstancias, que los familiares puedan sentirse acompañados, informados y puedan tener posibilidad de estar cerca de alguna manera de su familiar fallecido. La actitud del profesional de la salud es muy importante, un gesto, una mirada de cariño, unas palabras de comprensión hacen que el familiar se sienta acogido y atendido en estos momentos tan difíciles. Al mismo tiempo, debe cuidarse al profesional ofreciéndole alternativas que redunden en su bienestar psico-emocional y reduzcan posibles respuestas y sintomatología traumática.

Cómo dar malas noticias por teléfono

En estas circunstancias, será el médico o persona formada para dar noticias complicadas quien debe hacerlo. Está claro que la emergencia sanitaria está cambiando la forma de comunicar noticias difíciles. En situaciones normales, se da de forma presencial, con más tiempo, considerando el proceso de comunicación progresiva, buscando el soporte emocional de la presencia de la ayuda. Dadas las circunstancias, en estos momentos la noticia ha de darse de forma telefónica.

Se muestra un ejemplo con algunas indicaciones que pueden ayudar a hacerlo de forma adecuada:

¿Qué podemos decir a los familiares de un paciente que ha fallecido?

Hay que ser proactivo/a, intentando contestar a las preguntas que seguramente planteen sin usar tecnicismos, éstos aumentan la distancia con el familiar, hay que tener en cuenta el uso de un lenguaje sencillo, que todos puedan entender.

Antes de realizar la llamada, se aconseja tomar un momento para respirar y concentrarse en la tarea a realizar, para poder estar lo más presente y activo en la comunicación con el familiar.

Hay tres pasos a realizar en la llamada:

  • Apertura:

Al iniciar la llamada, habrá que tener en cuenta el tono de voz, que sea amable, cercano y evitar hablar de forma acelerada a pesar de lo difícil de esta comunicación. Hay que comunicar quien llama, profesión, sala o institución en la que se trabaja, incluso si ya se ha hablado con la misma persona con anterioridad.

Lo más probable es que el mensaje tenga que repetirse varias veces por el posible estado de confusión o shock del familiar. Si la persona está sola en casa, se le invita a sentarse, si por el contrario está acompañada, además de sentarse, le aconsejamos que esté cerca de los/as acompañantes.

  • Dar la noticia:

Al comunicar la noticia, se debe ser claro, decir el nombre de la persona fallecida y el parentesco con la persona que recibe la noticia. Sin intentar dar un marco no flexible, se ofrecen algunos ejemplos:

“Señora…, le pido que se siente en una silla, puesto que debo darle una mala noticia, su padre… hace dos horas, tras el agravamiento clínico de su estado ha fallecido. Siento mucho tener que comunicarle esta triste noticia”

En este punto es importante comunicar cómo la persona falleció: si pudo estar acompañada, si el protocolo lo impidió, comunicarles que no sufrió ayudado de la sedación en sus últimos momentos, que siempre estuvieron atentos/as y cercanos/as a pesar de la distancia física. Esto es fundamental, porque lo primero que necesitan saber los familiares es que la persona no haya sufrido.

“…quiero comunicarle que su ser querido no ha sufrido, que ha fallecido tranquilo, ya que la sedación le ayudó a no sufrir”

A continuación, se deja unos momentos para el silencio, el llanto o expresión emocional o resolver dudas, acogiendo y validando la reacción emocional. Debe estimularse a que pregunte el familiar lo que desea.

  • Cierre de la llamada:

Puede ofrecerse más información de tipo técnico o práctico como, por ejemplo, indicando que puede llamar al psicólogo/a del hospital en los próximos días, recursos habilitados para ello, para que tengan unos momentos para volver a encontrar la calma y gestionar la carga emocional.

A partir de aquí la familia comenzaría la creación de acciones rituales en esta situación que puedan realizar.

Finalmente, cada profesional que comunica, debe tomarse un minuto para respirar y apoyarse en algún compañero/a si necesita expresarse, para poder regular emociones propias y continuar con la ardua labor asistencial. 

Comentarios en Pautas para aliviar el estrés, el burnout, la fatiga por compasión y el duelo en profesionales de la salud Dejar un comentario

7 junio, 2020

Jorge Luis Sanchez @ 5:16 am #

Los saludo desde Culiacán Sinaloa, México.he leído el trabajo presente y lo considero una gran aportación para el manejo de los factores de riesgo de los profesionales de la salud mental y publico en general en el estres y bournout. muchas gracias por socializarlo. Abrazo revolucionario.

21 junio, 2020

Bryan O'Connor @ 3:09 pm #

No poder download los documentos, están interésante mi cell is Windows Phone no funciona los documentos. Saludos

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