Ingerir alcohol durante el embarazo podría cambiar la forma en la que se desarrollan las señales cerebrales durante la infancia y la adolescencia, provocando así una persistencia de los trastornos del espectro alcohólico fetal.
Los niños con trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF) muestran una activación del cerebro más débil durante las tareas cognitivas específicas que en sus homólogos no afectados, según un estudio realizado por Prapti Gautam y sus colaboradores del Instituto de Investigación Saban del Hospital infantil de Los Ángeles (Estados Unidos).
La investigación, publicada en Cerebral Cortex, indica la existencia de un posible mecanismo neural para los persistentes problemas de atención observados en individuos con TEAF. Los trastornos del espectro alcohólico fetal abarcan una amplia variedad de síntomas que están relacionados con la exposición de alcohol en el útero, entre las que se encuentra un deterioro cognitivo, déficits de atención y una anomalía en el sistema nerviosa central.
La infancia y la adolescencia, son las etapas donde más se desarrollan las funciones cerebrales responsable rendimiento de la memoria y la atención, por ello ese periodo resulta vital para el correcto desarrollo de las conexiones y redes neuronales. El estudio muestra que una exposición prenatal al alcohol puede alterar el desarrollo de estas funciones cerebrales. Los investigadores observaron a un grupo de niños con TEAF durante más de dos años y a otro grupo de niños que no padecían esa patología, se les realizaron resonancias magnéticas funcionales para observar la activación del cerebro a través de tareas mentales como la atención viso-espacial (cómo percibimos visualmente las relaciones espaciales entre objetos de entorno exterior) y el ejercicio de la memoria.
“Tras el estudio, se demostró que existen diferencias significativas en el desarrollo de la activación cerebral a lo largo del tiempo entre los dos grupos analizados, a pesar de que no diferían en el modo de ejecutar las tareas”, ha explicado la principal autora del estudio, Elizabeth Sowell, directora del Laboratorio de Neuroimagen Cognitiva del Desarrollo del Instituto de Investigación Saban.
Finalmente, los resultados demostraron que una exposición prenatal al alcohol puede cambiar cómo se desarrollan las señales cerebrales durante la infancia y la adolescencia mucho tiempo después de que se produjeran los efectos dañinos de la exposición al alcohol en el útero. Un desarrollo atípico de la activación cerebral observada en niños con TEAF podría explicar la persistencia, a medida que crecen, de problemas en la función cognitiva y conductual detectada en este sector poblacional.
Fuente: DMedicina