La dalia, una flor que generalmente tiene un uso decorativo, ha pasado de los jardines y macetas a los laboratorios. Científicos de la Universidad Autónoma Chapingo, en México descubrieron que sus tubérculos son ricos en insulina, un polisacárido formado por moléculas de fructuosa que ayuda a equilibrar los niveles de insulina en la sangre y a controlar la diabetes.