El apoyo nutricional en las peritonitis terciarias

Inicio > Del Editor > Editoriales anteriores > Editorial 19 Octubre 2003

En esta oportunidad les propongo a ustedes el Editorial Invitado escrito por el Dr. Alfredo Calas Rodríguez, Especialista de Primer Grado en Cirugía e Intensivista de la Unidad de Cuidados Intermedios Polivalente del Hospital Clínico-Quirúrgico “Hermanos Ameijeiras” (La Habana, Cuba), quien expondrá las peculiaridades del apoyo nutricional en las Peritonitis terciarias.

Muchos podrían preguntarse el por qué dedicarle un espacio a un tema que, en una primera aproximación, pudiera ser minúsculo en comparación con otros que son más urgentes tratar. Paso entonces a explicarme.

Las peritonitis terciarias constituyen la complicación última de los grandes dramas quirúrgicos abdominales. Todos hemos tenido anécdotas de, e incluso vivido, las estaciones de una cirugía abdominal que fue para mal. Sobrevienen entonces las relaparotomías, se instalan consecutivamente los cuadros de disfunción y/o falla múltiple de órganos, inmunodepresión y desnutrición, y al final de un largo y tortuoso camino, y después de haber consumido ingentes recursos diagnósticos, terapéuticos y humanos, sobreviene la muerte del paciente.

Si bien casos como éstos son poco frecuentes, tampoco debemos minimizar su importancia. En la Unidad de Cuidados Intermedios de pertenencia del Dr. Calas Rodríguez (y en la que también me involucro como médico y nutricionista), la ocurrencia de un sólo caso como el que les expongo basta para desarticular la atmósfera de trabajo de la Unidad. Por lo tanto, se justifican todos los esfuerzos para el reconocimiento temprano y el tratamiento oportuno de tan peligrosa condición, así como para su prevención.

Si bien el Dr. Calas Rodríguez expone correctamente que la identificación de los pacientes de alto riesgo es primordial en la profilaxis de las peritonitis terciarias, también un apoyo nutricional temprano, intensivo, enérgico, agresivo e imaginativo es esencial para sostener las funciones vitales del paciente. Coincido plenamente con él en que la disfunción de órganos se inicia en un tracto gastrointestinal en desuso. Todas las acciones orientadas al aporte de nutrientes a través de la boca (o cualquier vía de acceso al tracto gastrointestinal) están entonces permitidas.

Es por lo tanto inmediato que la articulación de esquemas de intervención nutricional eficientes y eficaces representa la suma dialéctica de los esfuerzos de todos los involucrados en la prestación de cuidados de salud a los pacientes en alto riesgo de peritonitis terciarias. El desafío es cómo llevarlo a vías de hecho, para el bien de nuestros pacientes.

Espero que les sea útil.

Con mis mejores afectos,

Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.