Cuando en el Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro se habla del COCO, ninguna madre teme por sus hijos, pues contrario a su mítico tocayo, la misión de Leybel Lordas Ramírez es ayudar a salvar vidas. Según la leyenda, el COCO o el hombre del saco, se lleva a aquellos niños que desobedecen a sus padres, se portan mal, o permanecen despiertos después de la hora de dormir. Sin embargo, no todos son malos. En el Hospital Ginecobstétrico Ramón González Coro existe un COCO diferente, cuya misión es la de ayudar a salvar vidas.
Este personaje no viste con una larga capa desgarrada, sino con una inmaculada bata blanca, y no lleva sobre sus hombros un saco sucio para raptar niños, sino que sostiene en sus manos varias historias clínicas y una caja llena de medicamentos.
De preguntar en el González Coro por Leybel Lordas Ramírez, es probable muchas personas le digan no le conocen, pero si dice que busca al COCO, las cosas cambian. Licenciado en Enfermería en 2001, Lordas Ramírez (el COCO), se vio precisado a venir para La Habana en el 2002, para poder atender a su madre enferma. Fue en el año 2005 cuando comenzó a trabajar en el González Coro.
Recuerda que en un inicio comenzó como supervisor de Enfermería. Posteriormente, en el mismo 2005, pasó el curso de adiestramiento en administración y preparación de quimioterapia y cuidados paliativos en pacientes con cáncer, funciones en las que se desempeña desde entonces y cuyo servicios no se han parado, ni siquiera en estos tiempos de COVID-19.
Procedente de Romelié, en el municipio de Manuel Tames, en Guantánamo, se puede decir que el COCO se hizo enfermero por caprichos del destino. Él quería coger la carrera de Medicina, sin embargo, la opción que llegó a su escuela, al concluir el pre, fue la de Enfermería. Y aunque en un inicio pensó en posteriormente estudiar Medicina, confiesa estar enamorado de la labor que ejerce.