Los pacientes con quemaduras viven mucho “bajo un fuego graneado” de preocupaciones. Tan solo saberse aislados en una sala de quemados, adoloridos, limitados en sus movimientos y, sobre todo, el cuestionarse constantemente qué pasará con su salud, con sus vidas, justifican plenamente las razones para su manejo psicológico profundo. Es una tendencia que va en aumento, tener en los servicios de quemados a psicólogos; sin embargo, muy pocos de ellos están entrenados en los mecanismos hipnóticos para poder trabajar mejor a estos pacientes por lo que reimpone adiestrarles en esta dirección.
El paciente quemado tiene un camino largo y arduo en su recuperación, pudiendo ser la hipnosis de gran ayuda, al restablecer las funciones psicológicas alteradas, mejorar el tono afectivo e infundir esperanzas de salir bien de tal proceso y VIVIR.
Puede ser aplicada para provocar relajación en distintas áreas del soma y, de hecho, disminuir el nivel de contractibilidad de algunos músculos, por ejemplo, de los faciales.
Al activarse el sistema inmunológico, se evitan las infecciones. ***
La cicatrización es un complejo y productivo mecanismo que se produce en el organismo para reparar todo aquello que ha sufrido ruptura o daño; en él participan un gran número de células y sustancias. La hipnosis es capaz de incrementar la eficiencia de la cicatrización y la rápida aparición de granulaciones, que anuncien la formación de nuevos tejidos, aumentando la pluripotencialidad de las células, lo que las hace “comportarse” muy similarmente al parénquima primitivo en su accionar.
La homeostasis se controla a través de la actuación que el proceso imaginérico guiado tiene sobre los vasos en formación, acelerando todo ello, el proceso evolutivo.
Se piensa a veces que hay que esperar demasiado o algún tiempo para tratar al paciente que ha sufrido quemaduras y es todo lo contrario, debe procederse lo más precoz posible, pues este tratamiento a de comenzar a los pocos minutos del trauma, y ayudar así a disminuir la destrucción hística.