Las disfunciones sexuales constituyen uno de los problemas de salud, que a pesar de todo el sistema propagandístico y de educación para la salud, siguen siendo un estigma acompañado de temores manifiestos de que ¨se sepa lo íntimo¨ de la conducta sexual inoperante.
Si comparamos al el resto de los animales superiores con el hombre, comprobaremos que la conducta sexual se manifiesta de formas diferentes, pues estamos ante dos niveles de organización de la materia viva completamente distintos.
Aun cuando en el caso de los mamíferos hayan puntos de similitud en las formas de funcionamiento, no caben dudas de que el hombre, a partir de su esencia social y humana, opera bajo otras condiciones y con peculiaridades que hacen del sexo una parte bien importante de su vida.
Advierto siempre a mis alumnos cuando trato el tema sobre las diferencias entre la psiquis animal y humana, que si observamos a los perros con manifestaciones de celo, veremos que éstas los exponen de una manera ¨estúpida¨ a la muerte, pues deambulan por las calles detrás de la hembra que está en celo y en tenaz competencia, al final, por decisiones de aquélla, la copularán uno o varios de los que sean más fuertes y más le agraden, sino mueren arrollados o estropeados por los automóviles en las avenidas, autopistas y carreteras.
Esta manera de arriesgar ¨la vida¨ es tan ajena a la conducta humana, que hasta me hace pensar que si los ¨pretendientes¨ se ¨estresan¨, debe ser por las largas caminatas y el temor que implica competir con otros, pues para imponerse hay que pelear y aquí las condiciones físicas son casi siempre determinantes; pienso de igual manera que es bien difícil –si pudiera presentarse tan extraña situación- que a los perros se les diagnostiquen disfunciones sexuales eréctiles y orgásmicas psicológicas, y que si se dan tales incapacidades, serían causadas por severos trastornos orgánicos.
En la literatura médica se reconoce desde hace tiempo que entre 85 y 90 % de las personas que padecen disfunciones sexuales, tienen como principio básico determinante de estos trastornos, causas psicológicas específicas o psicoambientales, o ambas, ( ) y entre 15 y 10 % causas orgánicas, producidas por traumas o daños vasculares muy relacionados con determinados desajustes endocrinos o urológicos, ya sean congénitos o posquirúrgicos.
Entonces, si las causas de la mayor incidencia y prevanlecia de tales trastornos de la sexualidad son de tipo psicológico, es que en los métodos psicológicos de tratamiento se encuentran recursos para resolver el problema.
Desde hace ya tiempo han venido preconizándose el uso de técnicas psicológicas para el manejo de las disfunciones sexuales.
Los estudios de Kaplan ( ) y Master y Johnson, considerados como clásicos en la materia, han aportado muchísima información sobre las dificultades en la función sexual y, al mismo tiempo, han propuesto mecanismos para su terapéutica y solución.
A partir de los años 80, numerosas publicaciones han mostrado el gran interés de psiquiatras, psicólogos, neurólogos, urólogos y angiólogos, principalmente, por estas alteraciones, debido a la realización de incontables investigaciones y la propuesta de procederes que se han popularizado por su eficacia en el retorno de las funciones sexuales a la normalidad.
Los médicos, sobre todo psiquiatras, y psicólogos han sido los abanderados en el empleo de técnicas alternativas entre las que sobresalen las terapias conductuales y las sugestivas, sin perderse el necesario prisma de la multilateralidad e intregalidad del equipo interdisciplinario en el tratamiento de las alteraciones sexuales.
La hipnosis es una de esas técnicas que han propendido a ser muy empleadas; sin embargo, ya son bastantes los hambres que acuden a las consultas especializadas de sexualidad, a pesar de que éstas se han establecido para el tratamiento de las disfunciones sexuales femeninas.
En la Clínica de Medicina Naturalista del Hospital General Santiago de Cuba radica el Centro de Referencia Provincial y son atendidos muchos pacientes con la técnica de hipnosis, sola o combinada con acupuntura, digitopuntura y auriculoterapia, entre otras acciones de salud que son patrimonio exclusivo de esta institución, pues se han generalizado estas formas de tratamiento en muchos centros de salud de los niveles primario y secundario de atención.
¿Cómo trato con hipnosis las disfunciones sexuales?
Aconsejo para ello, luego de los estudios de rigor, establecer una buena alianza terapéutica con el paciente, trabajar con una combinación de sugestiones directas e indirectas, donde primen estas últimas; pero previo a todo lo que se vaya a hacer, deben disminuirse la conducta ansiosa y la presión psíquica que ejerce la conciencia de este problema en los pacientes.
Cuando la inseguridad sea lo que prevalezca en el mosaico personológico, deben emplearse sugestiones directivas, tales como: ¨el orgasmo ocurrirá¨, si es una anorgasmia; o ¨la eyaculación será controlada en el modo necesario¨, si se trata de una eyaculación retardada o precoz; el ¨será controlado en el modo necesario¨ ofrece la posibilidad de su uso para los fines específicos, porque para esta situación ambas disfunciones orgásmicas requieren ser reguladas, controladas, en tanto son expresiones de una falta de control voluntario sobre cuando se debe eyacular.
Puede ser que en el paciente no predomine la inseguridad y sí la ansiedad y la depresión; pero esta condición no debe ser directiva, pues es posible que sobre la base de este precepto se establezca un círculo vicioso al no poder el paciente resolver la situación y, por ende, resultar inefectiva la sugestión, aumentando también los niveles de cuestionamiento crítico y prejuiciado sobre el método.
¿Cuál entonces cabría en este caso?
La siguiente: ¨tú puedes orgasmar o eyacular, ello depende de ti. Si te autocontroles, lo lograrás. Tienes suficientes recursos para ello, tú puedes lograrlo¨.
Un elemento que casi siempre está condicionando la percepción social de la eficacia de la conducta sexual está fundamentado en los criterios populares sobre los parámetros de rendimiento.
Las autoexigencias que el hombre se autoimpone y que la mujer asume como exigencias para su pareja, hacen que se construyan modelos pensantes de ¨frecuencia esperada¨, por lo que parte de suposiciones de lo que debe hacerse a modo de rendimiento.
El que está por debajo se convierte en un paciente con autorreproche, criterios de ¨inservilidad¨, dudas sobre la capacidad real de funcionamiento y conversión del sexo en una tarea del ¨plan de trabajo¨. Véase cómo a tono con la socialización del fenómeno sexual, éste ha derivado de una fuente de perpetuación biológica de la especie y forma de satisfacción de necesidades espirituales y biológicas, a considerarlo como meta, tarea, objetivo supremo. Todas estas valoraciones son esquematizaciones del pensamiento, que se constituyen en patrones inservibles de funcionamiento, que deberán ser barridos, desestructurados, inutilizados por la hipnosis y las terapias psicológicas, lo cual se logra con el empleo de metáforas y símiles al respecto.
Debe hacérsele comprender que el sexo es disfrute y placer, no una actuación planificada ni una conducta esperada; que el sexo es naturaleza; normalidad.
Estos objetivos deben aparecer como contenidos de las sugestiones, los que podrían estructurarse de esta manera.
¨En el sexo, todo es placer, no se puede preconcebir nada… tú estás preparado para hacerlo bien pero no te puedes poner metas que tensionen… tú meta debe ser solo disfrutar… el trabajo es trabajo y el sexo es placer… deja tus ideas de querer rendir bien lejos… no las lleves a la cama… en la cama sé toda espontaneidad… disfruta de lo que te donó la vida… disfrútalo con placer.
Yo planteé que las presiones provenientes de la pareja se constituyen en un mecanismo inhibidor; cuando esto ocurre, se le sugiere al paciente que a veces se debe pensar tan solo en uno mismo, que tal vez sea egoísmo, pero hay ocasiones excepcionales en que se debe ser egoísta; que vale la pena pedir permiso para serlo, porque mientras se piense en el otro habrá una presión tremenda, que vale pensar en uno, para resolver el asunto y volver luego a pensar en el otro.
Es tan sólo ser un poco ¨egoísta¨ para poder satisfacer permanentemente al otro.
Desde el punto de vista metafórico podemos lograr que el sujeto se compone con ¨grúas¨ capaces de cargar todo más lo pesado y mantenerlo en alto, que su sistema genitourinario es como un sistema de riego, que se activa electrónica y computarizadamente, sabiendo cuándo debe afrontar líquidos de todo tipo ante cualquier necesidad de un sistema dado.
La posibilidad de su empleo correcto y efectividad dependerán mucho del nivel de implicación conductual del paciente y de la maestría del terapeuta, para los casos de impotencia y eyaculaciones precoz y retardada.
<<Resumen tomado del libro La Hipnosis y sus aplicaciones Terapéuticas del Dr. Alberto Cobian>>