Viajar de Oriente a Occidente es una meta obligada para saber de los frutos que germinan y florecen por otras Universidades, en hospitales docentes e inolvidables poblados necesitados de atención. La ELAM, casa madre, formadora de médicos que vienen de muchos lados y no precisamente cubanos, más bien de mundos bien diferentes con una sola ilusión, ser los mejores médicos de cada rincón o nación.
Como la gran progenitora, escuela idea de Fidel, se preocupa por los hijos que aún en tierra cubana cosechan el porvenir y en tres grupos integrados sale a recorrer el país para en todos encontrar razones para seguir. Importante fue además la historia grabada ya en materiales de amor, bondad, gratitud y eterna amistad.
Cada pueblo recorrido dejó su impronta y hacer, ya sea del ayer lo importante acontecido un Santiago enaltecido, su camposanto tranquilo de precisada asistencia, de Holguín el Birán bien protegido por fieles conservadores, en Camagüey 504 motivos para sus celebraciones, Ciego bien organizado por cada localidad, Cienfuegos con integrados en la fila juvenil, Matanzas abriendo puentes, un Pinar estructurado digno de ser imitado, Mayabeque y Artemisa de sorpresas se llenaron; aunque en todos los espacios, en honor a la verdad, triunfó la hermandad y la solidaridad.
Bendito sea el destino, los motivos, objetivos, impulsores y organizadores de este gran acontecer que puso, pone y pondrá, el nombre de Fidelidad, en el más alto escalón de esta Hazaña Singular, para siempre recordar a su gran inspirador: un Quijote, un hacedor, un verdadero Campeón. Gracias Revolución, gracias ELAM y gracias por siempre Fidel porque Cuba crea aquí Médicos de valor en este Proyecto de Amor para el Mundo y su esplendor.