En el marco de la Jornada Camilo-Che, recordamos uno de los actos terroristas más crueles contra nuestro país y rendimos el merecido homenaje a sus mártires, no olvidaremos jamás el horrendo crimen de Barbados.
El 6 de octubre de 1976 la historia de Cuba vistió luto. La destrucción en pleno vuelo de un avión de cubana que costó la vida de 73 personas a bordo. El crimen de Barbados es uno de los actos más sangrientos y dolorosos que ha vivido la mayor de las Antillas. Solo el valor de un líder, solo el calor de un pueblo herido, compacto y firme tras la noticia, mantuvo en pie a las familias de las víctimas.
Como consecuencia de ese acto terrorista perdieron la vida 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos. Entre los pasajeros que perecieron en el abominable atentado, se encontraban 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima de la isla, los que habían competido exitosamente en el IV Campeonato Centroamericano y del Caribe en esa disciplina deportiva, certamen en el que ganaron medallas. Esos jóvenes regresaban a la patria victoriosos y felices por los resultados alcanzados pero fue muy doloroso que manos asesinas de origen cubano como Luis Posada Carriles y Orlando Bosch Ávila truncaran sus sueños de la manera más cruel, por eso no podemos cejar en el empeño de luchar para que se sepa la verdad.
A propósito de ese horrendo suceso, se estableció el seis de octubre como Día de las víctimas del terrorismo de Estado, una jornada para exigir que cesen la impunidad y las acciones violentas contra Cuba.
El gobierno de los EEUU por más de 60 años ha tenido el propósito de destruir la revolución cubana mediante sabotajes, atentados así como el recrudecimiento del cruel bloqueo económico, financiero y comercial que sufre la nación, para someter a nuestro pueblo e implantar su odioso e inhumano régimen capitalista.
Al declarar nuestro comandante en jefe Fidel Castro Ruz un día como hoy “Día de las víctimas del terrorismo de estado” continuamos reafirmando la frase expresada por nuestro invicto comandante en su discurso pronunciado un día después, el 7 de octubre de 1976 en la Plaza de la Revolución:
“CUANDO UN PUEBLO ENÉRGICO Y VIRIL LLORA, LA INJUSTICIA TIEMBLA”
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