Palabras de felicitaciones de estudiantes colombianos a nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en su 95 cumpleaños
Cordial saludo a todos, a nuestra honorable rectora la Dra. Yoandra Muro Valle
Hoy es un día de incalculable regocijo. Para nosotros, hijos adoptivos de esta Patria, es una oportunidad más que aprender y admirar la rica historia cubana, comprendiendo el gran amor que aquí se siente y se vive por uno de los más grandes personajes que ha parido nuestra América: nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, de quien celebramos y conmemoramos su cumpleaños 95, desde la Tierra, hasta la eternidad.
Al transitar por los pasillos y rincones de la ELAM, cada uno de nosotros no debería dejar de pensar que este ha sido un enorme regalo de Fidel para el mundo, del que hoy nosotros gozamos. Nuestra formación como médicos de ciencia y conciencia, médicos integrales, responde a una de las ambiciones más humanistas e internacionalistas del Comandante: médicos para el mundo, “médicos y no bombas” como ya lo decía en uno de sus aclamados discursos. Entonces, es nuestra entrañable ELAM la materialización invicta de los sueños de la Revolución, sueños de paz, de educación, de salud, de dignidad, de fraternidad, pero sobre todo, de amor, ese infinito amor y fe en la humanidad que siempre guió el quehacer de Fidel.
Tal vez sea para nosotros algo difícil de comprender la inmensa admiración y gratitud que hoy por hoy se le profesa a Fidel, pero de ello, hemos aprendido que la lealtad que un buen líder puede sembrar en su pueblo, es equiparable al amor eterno de un hijo por un buen padre, aquello deja marca imborrable en el corazón, y eso es lo que nos ha dejado Fidel, para todos, y para quienes, aunque no lo conocimos en vida o estuvimos físicamente cerca de él, lo hemos admirado día tras día y hoy vivimos bajo su abrigo y generosidad.
Tuvimos la oportunidad de escuchar el nieto del Comandante, en una intervención aquí en la ELAM, después de un viaje que él y algunos compañeros tuvieron a Santiago de Cuba. Durante muchos años, con la ELAM en nuestros corazones y en nuestras cabezas, anhelamos presenciar un discurso de Fidel, un acto de bienvenida, tener su presencia en nuestras graduaciones. Desafortunadamente, la historia nos ha arrebatado a los mejores hombres, demasiado pronto. Pero cuando escuchamos a su nieto, entendimos algo muy simple, pero tan importante: Fidel está en todas partes. Fidel es música, es baile, es química, física, es ese rayo de sol que penetra por nuestras ventanas cada mañana. Fidel es el mar en calma, pero también es la ola furiosa que nos mueve y nos despierta. En unos años Fidel estará presente en nuestras manos operando y trayendo vida al mundo.
Por eso hoy queremos pedir un lugar entre ustedes, para permitirnos celebrar y sentir, con los pies en esta tierra soberana, la felicidad de homenajear un cumpleaños más de nuestro comandante. Queremos expresar, además de nuestra infinita gratitud, una promesa osada: llevar su nombre y su honor a los rincones más lejanos del planeta, a los pueblos más pequeños y oprimidos que necesiten recibir una luz de esperanza y dejar ahí plantado su nombre “FIDEL” como un árbol que dará frutos sin cesar, para que todas las generaciones de jóvenes como nosotros, que algún día necesiten fe en su corazón y fuerza en su alma, puedan tomarlas.
Hoy miramos hacia arriba y a la eternidad y decimos: feliz cumpleaños 95, amado Fidel.
¡Viva Cuba! ¡Viva la Revolución! ¡Viva Fidel!
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