La Ozonoterapia está enmarcada dentro del subgrupo de tratamientos no convencionales o alternativos. Conocida desde finales del siglo XIX, en los últimos 35 años, ha venido extendiéndose a países como Austria, Suiza, Francia, Japón, Estados Unidos, Italia, España, Rusia, entre otros, por lo que existen actualmente sociedades nacionales de ozonoterapia en muchos países, afiliados a la Asociación Internacional del Ozono.
El Ozono interviene desde el punto de vista terapéutico como agente modulador de la respuesta inmune, mantiene el balance redox celular, constituye un germicida de amplio espectro, mejora el metabolismo del oxígeno y funciona como regulador metabólico. Su uso se extiende en todas las especialidades médicas, obteniéndose resultados satisfactorios en enfermedades osteoarticulares, inflamatorios, degenerativos y en aquellos de naturaleza autoinmune. Se administra por varias vías en función de los requerimientos de cada paciente de forma individual.
En su administración no se han reportado reacciones adversas, y ha recibido gran aceptación por parte de los pacientes que han recibido sus beneficios. De ahí que cada día ha ido cobrando mayor interés en el ámbito internacional, demostrando su utilidad en el tratamiento de numerosas enfermedades, bien como coadyuvante de la medicina ortodoxa o interviniendo positivamente en aquellas donde la terapia convencional no ha tenido éxito, todo con un fin común: mejorar el estado de salud y contribuir a una mayor calidad de vida.