La diabetes mellitus es una enfermedad frecuente, sobre todo en las personas mayores de 60 años. En estas edades, la enfermedad tiene características particulares, tales como: el largo tiempo de evolución, la asociación con otras enfermedades crónicas y la polifarmacia.
Para la detección temprana de la enfermedad, la población deberá tener en cuenta síntomas de alarma que ayudan a su diagnóstico:
- Cansancio
- Aumento del apetito y de la sed
- Adelgazamiento sin causa aparente
- Aumento de la frecuencia de las orinas
- Visión borrosa
- Infecciones en la piel que demoran en curarse
Estos síntomas pueden ir apareciendo lentamente y pasar desapercibidos. A veces pueden ser relacionados con la edad del paciente, pero deben ser consultados con el médico más cercano, para que indique la prueba adecuada para confirmar el diagnóstico.
¿Qué papel juega el paciente en el control de la diabetes?
El paciente es clave en su tratamiento y en su control. Junto con el médico puede intercambiar dudas, ser escuchado y decidir aspectos en relación a su tratamiento y control.
¿Qué medidas pueden mejorar la convivencia con la enfermedad y la prevención de las complicaciones?
Alimentación saludable: para garantizar este aspecto, deben considerarse las preferencias culturales e individuales de cada persona, así como sus posibilidades para la obtención de los alimentos. Garantizar una nutrición adecuada es fundamental, no se deben omitir los horarios establecidos y debe evitarse la ingestión de alimentos que contengan azúcar, mucha sal o fritos.
La forma de elaboración de los alimentos debe ser preferentemente a la plancha, asado o hervido, con la inclusión de verduras y vegetales en las comidas y frutas en las meriendas. De esta manera, evitará que sus niveles de azúcar en sangre disminuyan o aumenten, teniendo en cuenta las metas de control según su edad. Para mayor información, su médico puede remitirlo a la consulta de nutrición de su área de salud.
Actividad física: siempre que su médico esté de acuerdo, podrá realizar ejercicios de estiramiento y aerobios para mejorar la capacidad física y la flexibilidad, sin que los mismos le causen agotamiento al paciente.
Los ejercicios más recomendados son las caminatas. Se escogerá el momento del día donde la temperatura sea más agradable. El tiempo dependerá de sus posibilidades físicas (puede comenzar con 10 minutos diarios e ir aumentando paulatinamente hasta llegar a 50 minutos o 1 hora), con zapatos cómodos y en terreno seguro, para evitar las caídas o afectaciones de músculos o articulaciones.
En caso de tener un círculo de abuelos, cercano a su residencia, se sugiere incorporarse a él, teniendo en cuenta que los ejercicios se hacen bajo la supervisión especializada.
Medicamentos: Es muy importante que el paciente cumpla con los horarios de los medicamentos que tiene indicado, sin hacer cambios o automedicarse sin consultar un médico. Debe conocer los efectos secundarios que pudieran ocasionar cada uno de ellos, y que hacer de manera inmediata si se presentaran.
Autocontrol glucémico: Los pacientes deben conocer cómo realizar las glucemias con sus glucómetros, cuáles son los horarios más adecuados y deben conocer las cifras que se corresponden con el buen control según la indicación de su médico.
Cuidado de los pies: Los pacientes deberán revisar sus pies todos los días, después del baño, con la ayuda de algún familiar o un espejo, así como los zapatos antes de ponerlos. Se deben usar medias de algodón, de preferencia de color blanco. Ante cualquier herida o cambio de coloración en los pies, debe solicitar una consulta médica. Debe evitarse el uso de cremas, o cualquier sustancia que no haya sido indicada por su médico o podólogo.
Control de la tensión arterial: las revisiones periódicas en las consultas programadas por su médico de la familia, ayudarán a diagnosticar la elevación de la tensión arterial de forma oportuna para instaurar tratamiento precoz y, evitar la enfermedad renal crónica de la persona con diabetes u otras complicaciones.
Evitar las adicciones: el hábito de fumar y el alcoholismo son condiciones que pueden agravar o acelerar las complicaciones de la diabetes. Predispone a los pacientes a accidentes vasculares, que pueden afectar notablemente sus vidas y la de su familia.
Controles anuales de la visión: anualmente debe revisarse con el oftalmólogo, para la detección temprana de complicaciones de la diabetes en el ojo y la prevención de la disminución o pérdida de la visión.
Higiene adecuada: la higiene y cuidado sistemático de la piel, evitando rozaduras, cortadas y heridas que puedan infectarse, así como la revisión semestral o anual de dientes y encías, dependiendo de lo indicado por el estomatólogo, también puede detectar tempranamente alteraciones que pueden complicar al paciente.
La atención médica sistemática, de acuerdo a lo programado por su médico de asistencia es necesaria. Es posible que en algún momento usted necesite cambios en su plan de control y tratamiento, o quizás necesite más información y apoyo. El acompañamiento del equipo de salud que podemos brindarle puede identificar nuevos diagnósticos, complicaciones que conduzcan a cambios terapéuticos.
Prevenir y detectar a tiempo es importante para el paciente y su familia, pues permite la intervención y tratamiento adecuados y así, evitar complicaciones que puedan afectar su calidad de vida.
Para pacientes de reciente diagnóstico, sin instrucción sobre la enfermedad, puede acudir a la consulta de orientación y consejo del Centro de atención al paciente con diabetes.
Fuente: Sitio Oficial del MINSAP