“Clínica Internacional Siboney. Programa de pesquisaje auditivo”, por Elieser Garbey Gómez*

oido

 

El oído humano, constituye una maravillosa combinación de elementos tanto mecánicos como neurosensoriales, cuyo objetivo es bridarnos la información acústica más completa posible de nuestro medio ambiente.

El ser humano normal debe escuchar tonos de cierta intensidad y frecuencia  – entre  0 dB y 27dB aproximadamente – y frecuencias entre 20Hz y 20000 Hz pero el umbral mas cómodo es de 60 dB que es donde mejor se escucha la voz hablada. Todas las intensidades superiores  provocan daños auditivos irreparables, comprobándose que a 80 dB de intensidad podemos estar hasta 8 horas, a 90 dB hasta 4 horas y a más de 100  dB una hora, estos trastornos  son conocidos como daño auditivo inducido por ruidos (D.A.I.R.). Desde la antigüedad,  los herreros y trabajadores de  fraguas perdían la audición debido a los ruidos constantes a los que se sometían, con la revolución industrial el problema se  ha incrementado, viéndose manifestado en  las textileras, aeropuertos, ferrocarriles y todas aquellas empresas que generan altas intensidades por sus características y maquinarias (más de  120 dB) estos al no ser rítmicos se clasifican como ruidos con los cuales conviven estos trabajadores por mas de 8 horas diarias y por periodos prolongados ( más de 5 años ) esto ha generado que el personal de estos centros lleguen a consulta con déficit auditivos, en su generalidad D.A.IR., los cuales no son más que  enfermedades profesionales típica de empresas con altos niveles de ruido, dando lugar a un incremento en los últimos años de esta patología.

 El ruido en el tiempo.

También el herrero sentado junto al yunque, atento a los a los trabajos del hierro. El calor le tuesta las carnes y tiene que aguantar el ardor de la fragua. El ruido del martillo ensordece sus oídos; tiene fijos sus ojos en el modelo del objeto….(Sirácides 38:28 La Biblia), el ruido es un fenómeno que acompaña al hombre  desde que aprendió a utilizar las herramientas para trabajar (erguirse, el pulgar, el lenguaje y el trabajo fueron las causas del desarrollo del cerebro y la transformación del mono en hombre), por lo que es el mismo hombre el causante de su daño, con el tiempo se ha hablado del ruido la referencia más antigua sobre el efecto del ruido en la audición, es una observación registrada en el siglo I de NE por Plinio el viejo en su “Historia natural”,  cuando menciona que la gente que vivía cerca de las cataratas del Nilo “quedaba sorda” primero para la voz cuchicheada hasta quedar sordo. A finales del siglo XIX, con el advenimiento de la máquina de vapor y la iniciación de la era industrial, aparece el ruido como un importante problema de salud pública. Los ruidos agudos intensos o repetidos, aparecen y se multiplican pero, de un modo tan veloz que las estructuras del oído humano, no han tenido aún “tiempo evolutivo” para modificarse y protegerse, quedando así el oído interno sin protección ante los mismos.

 ¿Qué es un ruido?

Combinación desordenada de sonidos que produce una sensación desagradable al oído, pero como es muy difícil definir la frontera entre agradable y desagradable la OMS determinó:

Ruido: Sonido molesto y desagradable.

Además, se analizaron los distintos tipos de ruidos los cuales son:

  • Continuo estable (aquel que su tiempo de duración es mayor de un segundo y se extiende por varias horas).
  • Continuo fluctuante (aquel que su tiempo de duración es mayor de un segundo y se extiende por varias horas, pero con intervalos de silencio).
  • Intermitente y este puede ser:
  • Intermitente fijo (aquel que su tiempo de duración es menor de un segundo y se extiende por varias horas).
  • Intermitente variable (aquel que su tiempo de duración es menor de un segundo y se extiende por varias horas y existen cambios de intensidad sonora).
  • De impacto o impulso (aquel que su tiempo de duración es menor de de un segundo con la suficiente intensidad sonora como para generar un daño auditivo).

Nota: Los ruidos continuos son más perjudiciales que los intermitentes.

¿Cuándo un ruido es perjudicial?

Determinando la OMS que el máximo de decibeles en el día es de 55 dB y en las noches hasta 45 dB, los lugares que excedan de los 75 dB no se consideran aptos para ser habitados.

 D.A.I.R.,  fuera de las empresas.

Otra de las causas de los D.A.I.R., está apareciendo gracias a la tecnología llevada a las casas con los equipos de músicas intrauriculares, los mismos están introducidos en el C.A.E.,  evitando así la atenuación de la onda sonora y al utilizarlos a altas intensidades (más de 60 dB) y llegar de forma casi directa a la membrana timpánica son responsables de que lleguen pacientes  cada vez más jóvenes con D.A.I.R, a consulta aun cuando no se encuentran en edad laboral, con una explicación dada de forma simple y explicada en el anexo 7 ej:  al exponerse a altas intensidades un adolescente de 10 años por un periodo de 10 años puede aparecer un D.A.I.R., a esa temprana edad incapacitando a una persona antes de iniciar su vida profesional, así la utilización de equipos de músicas particulares que sobrepasan los 99 dB en la comunidad se vuelve una contaminación acústica que de persistir por largos periodos pude desencadenar dicha patología.

Como se explicó anteriormente toda persona expuesta a altas intensidades por largos periodos de tiempo pueden padecer algún DAIR, por lo que deben realizarse chequeos auditivos (pesquisas) para descartar algún daño y las mismas se hacen a través de:

Audiometría Tonal Liminal: Determina el umbral auditivo del sujeto en cuestión para la vía aérea y ósea, en las frecuencias exploradas. La curva obtenida  (Audiograma), está representada en decibeles de pérdida auditiva.

Estas pruebas se determinan con el audiómetro que no es más que: Aparato eléctrico que sirve para medir y evaluar la audición tanto a nivel umbral como supra umbral, permite explorar las posibilidades audiométricas a través del área auditiva. Pueden producir intensidades desde -10 hasta 110 o 120 dBs  y cubren desde el tono 128 hasta el 16 000 Hz, mediante un potenciómetro graduado de 5 en 5 dBs.

*Elieser Garbey Gómez. Licenciado en Logifonoaudiologìa e Ingeniero Automático.

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