Enfermedades no transmisibles

Como resultado del avance de la salud pública cubana y el éxito en el enfrentamiento de las enfermedades infecciosas se ha logrado transformar el cuadro epidemiológico del país comparado con la situación que existía al triunfo de la Revolución. Las enfermedades no transmisibles (ENT) constituyen las principales causas de muerte en nuestro país, más de las 3/4 partes de los fallecidos corresponden a las llamadas “enfermedades crónicas no transmisibles”, como consecuencia de la efectividad de la vigilancia de las enfermedades transmisibles, el impacto de las acciones y las medidas de prevención y control puestas en práctica desde los años 60 contra estas afecciones, especialmente la vacunación; además del desarrollo socioeconómico del país, que permitieron reducir a niveles muy bajos en la actualidad; y propiciaron un incremento en la esperanza de vida de la población.

Por ello, desde hace varios años se desarrollan programas para la atención a las enfermedades no transmisibles en el país, aunque aún no se han logrado los resultados esperados. Es necesario, entonces, trabajar en el fortalecimiento de la vigilancia de estas enfermedades y sus factores de riesgo.

El modo y estilo de vida, los factores ambientales, los factores biogenéticos, las condiciones de atención a la salud y los servicios médicos constituyen los determinantes del estado de salud de la población. En relación con las enfermedades no transmisibles; los aspectos del modo y estilos de vida de las personas constituyen el principal factor contribuyente en la salud a nivel individual y de la comunidad. En este aspecto aparecen como indicadores negativos los llamados factores de riesgo (FR) y la no práctica de conductas preventivas.

La vigilancia de estos factores requiere de la implementación de un proceso sistemático de recogida de información, que habitualmente exige de encuestas periódicas, entrevistas a un grupo representativo de la población con el objetivo de hacer estimaciones válidas para el resto de los individuos de la comunidad, así como estudios epidemiológicos e investigaciones rápidas que permitan evaluar un problema específico.

Los problemas a vigilar son:

  1. Enfermedades del corazón: Infarto del miocardio agudo (IMA), y otras formas de cardiopatía isquémica (CI): angina de pecho, arritmias más frecuente, ICC. Incidencia según formas clínicas de Cardiopatía isquémica, factores de riesgo asociados (tabaquismo, HTA, hiperlipidemias), fallecidos por causa específica.
  2. Enfermedad cerebrovascular (ECV): infarto cerebral, hemorragia cerebral, hemorragia subaracnoidea. Incidencia según forma clínica, factores de riesgo asociados (HTA, otros), fallecidos según causa.
  3. Tumores malignos : En todas las localizaciones, pulmón, mama, cervicouterino, colon, próstata, cáncer bucal, etc. Incidencia, Factores de Riesgo asociados, estadio de la enfermedad, fallecidos. En los que presentan programas de prevención y control: realización de pesquisaje, práctica de conductas preventivas por la población (autoexámenes).
  4. Accidentes: Incidencia según tipo y lugar, condiciones de riesgo asociadas (violaciones de la ley, alcoholismo, estado de las vías, otros riesgos potenciales), seriedad de las lesiones, fallecidos.
  5. Diabetes mellitus: Incidencia, ingresos por descompensaciones de la enfermedad (cetoacidosis, coma diabético), mortalidad según causa.
  6. Asma bronquial: Casos atendidos con crisis aguda de asma bronquial (CAAB) en servicios de urgencia, ingresos con crisis severas o “status asmático”, fallecidos.
  7. Suicidio y lesiones autoinflingidas: Riesgo suicida, incidencia de intentos suicidas según método, condiciones asociadas (causa), suicidios según método y causas..
  8. Factores de riesgo, actividades y conductas preventivas: hábito de fumar, sedentarismo, obesidad, alcoholismo, hiperlipidemias y la presión arterial elevada. Realización de exámenes de detección precoz (prueba citológica, PSA, Sangre oculta en Heces Fecales), etc.
  9. Factores ambientales: meteorológicos, aire, agua, sicosociales y económicos. Contaminantes químicos y físicos.
Existe la idea de que la aparición de las ENT es consecuencia de un proceso biológico degenerativo inexorable que acompaña al envejecimiento, que dicho proceso es generalmente irreversible y que, por tanto,no es mucho lo que se puede hacer desde el punto de vista de las intervenciones de prevención o tratamiento.Sin embargo, la evidencia científica disponible muestra que la probabilidad de padecer este tipo de enfermedad disminuye sustancialmente cuando se elimina o  modera la exposición a sus factores de riesgo, y que hoy existen tratamientos efectivos que disminuyen sus complicaciones y su letalidad.

 

Entre los factores de riesgo de las ENT se destacan la Hiperttención Arterial, el Asma Bronquial, la Diabetes Mellitus y el Tabaquismo, por lo que ponemos a su disposición los enlaces a los sitios Web  que tratan estos temas, así como al  sitio de Cardiología, Oncología, Neurocirugía y Neurología para contribuir de esta manera  a mejorar los conocimientos del personal que labora en la APS y que pueden de esta forma realizar las acciones adecuadas para tratar de controlar o mejorar las ENT