Rector Fundador

  • Diploma de reconocimiento por su participación en Haití en el periodo de la emergencia

Ejerció la docencia en la educación superior por más de 30 años. Y ocupó diversas responsabilidades académicas en el Sistema de Salud Cubano, se desempeñó como Rector del Instituto de Ciencias Médicas de Villa Clara, del Instituto de Ciencias Médicas de La Habana, y luego por designación del Máximo Líder asumió  esta responsabilidad en la Escuela Latinoamericana de Medicina, desde su fundación en el año 1999.

Durante su impecable trayectoria participó de forma relevante en la promoción de la integración de Latinoamérica y en el mejoramiento de la actividad científica universitaria, así como en la proyección y organización de los diferentes proyectos y programas que forman parte de la tradición del pueblo cubano con otros pueblos del mundo. También desplegó una importante labor política, por lo cual fue elegido como miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba en el año 1991.

Compartió ilimitadamente toda su experiencia y profesionalidad, en la realización de asesoramientos a universidades extranjeras para la creación de escuelas de medicinas y sus planes de estudios.

Haber formado parte de su equipo de dirección, del claustro de profesores, o de los trabajadores en general, que dirigió, es un orgullo imborrable, por el alto sentido de pertenencia, que supo irradiar con su guía.

A Carrizo lo recordamos en su integral conducción como cuadro de dirección, en su liderazgo como trabajador incansable ante cualquier tarea que se le encomendara, por difícil que fuera, en su participación en los lugares más difíciles durante los eventos meteorológicos que azotaron la escuela, en su actitud solidaria, demostrada también en la hermana nación de Haití, en la inauguración y cierre de cada curso escolar, o en el desarrollo continuo de la docencia, a la que dedicó largas horas de insomnio y consagración, en su afán de lograr la excelencia, en cada proceso que de ella se generara. Su marcha en primera fila durante los desfiles del Primero de Mayo, o de cualquier otra manifestación de apoyo a la Revolución, fue un sello de dignidad que lo distinguió en su paso por la vida.

Su vida fue la Revolución, su obra: la Escuela Latinoamericana de Medicina, su ejemplo: el nuevo ideario médico.

Al querido profe Carrizo, precursor, Rector a través de catorce años, y presente en el futuro de la ELAM, dedicamos un permanente homenaje, nuestro respeto, cariño y la eterna gratitud por la sencillez, altruismo sin límites, la nobleza de sus ideas, y la entrega incondicional a este generoso proyecto, en el cual demostró una plena identificación y dejó una profunda huella de hombre de bien.

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