El deber de un hombre está allí donde es más útil… así escribió José Martí en una carta dirigida a su madre Doña Leonor Pérez, el 25 de marzo de 1895, y aun cuando han pasado 125 de aquella misiva se evidencia en este cubano universal un profundo compromiso con la sociedad e inagotable sentimiento patrio.
Son precisamente esos valores los que hoy mueven al mundo, salvaguardan la vida, luchan por la salud, y emanan de los médicos cubanos.
El ejército de batas blancas lucha por estos días contra un enemigo invisible pero casi letal que obliga a suprimir abrazos y besos, pero se abrigan en una capa invisible de súper héroes para salvar al mundo con la compensación de un concierto de aplausos cada noche.
A esos guerreros defensores de la vida los vemos cada día tocando puertas, preguntando por las ventanas por la salud familiar, o recluidos en centros sanitarios, alejados de sus seres queridos, pero con la certeza de que el sacrificio no es en vano porque de su fortaleza e inteligencia dependen sonrisas victoriosas contra la COVID-19.
Tomado de: Redacción Digital de Radio Cadena Agramonte