En un fragmento de carta, sintetiza José Martí el sentido de su propia vida: ¨Yo evoqué la guerra: mi responsabilidad comienza con ella, en vez de acabar. Para mí la patria no será nunca triunfo, sino agonía y deber. Ya arde la sangre. Ahora hay que dar respeto y sentido humano al sacrificio.¨
Su patriotismo era de naturaleza: él no se lo hizo, sino que el patriotismo lo modeló a él. Sus prematuros dolores por la tierra de su nacimiento, las persecuciones de que fue objeto y el sacrificio de su pueblo, le hicieron el hombre perseverante y ardiente que la causa cubana necesitaba. A 125 años de su caída en Dos Ríos, Cuba rinde homenaje al alma de su revolución, al Apóstol de su independencia, al Maestro.