Dr. Alfredo Darío Espinosa Brito, Miembro de Honor de la SOCUSAP, Premio Enrique Barnet: Los frutos interminables
Pensar en los buenos hombres (y conocerlos), salva. La existencia del ser humano es demasiado convulsa en su naturaleza, e histérica como una pequeña tormenta, para respirarla entre egoísmos y soledades múltiples. Entregar la esencia de uno, repartirla en equitativos pedazos a quien lo necesita, y hacerlo en precioso silencio, como Auden, es la más noble prueba de la trascendencia, la trascendencia desinteresada y que debiera ser silenciosa.
Ha vivido este hombre entregando más que lo existencial, por eso anda esparcido en muchos espacios y mucha gente de la ciudad. Filántropo de paisajes sonoros, al que asoman lagos y breves caminos luminosos que en algún punto se contaminaron con la mala sal de la tierra, aunque no debió suceder nunca. Ama, este alto hombre como las palmas, al béisbol y a la medicina, y salva, en igual medida, las estancias que lo crean…leer más