La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es una amenaza para la salud y el desarrollo mundiales. Requiere medidas multisectoriales urgentes para poder lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La OMS ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad. El uso indebido y excesivo de los antimicrobianos es el principal factor que determina la aparición de patógenos farmacorresistentes.
La RAM es un fenómeno que aparece de forma natural con el tiempo, generalmente por modificaciones genéticas. Los organismos resistentes a los antimicrobianos están presentes en las personas, los animales, los alimentos, las plantas y el medio ambiente (agua, suelo y aire). Pueden propagarse de una persona a otra o entre las personas y los animales, en particular a partir de alimentos de origen animal.
Para las infecciones bacterianas comunes –como las infecciones urinarias, la septicemia, las infecciones de transmisión sexual y algunas formas de diarrea– se han observado en todo el mundo tasas elevadas de resistencia a los antibióticos utilizados habitualmente en los tratamientos, lo que indica que se están agotando los antibióticos eficaces. Por ejemplo, la tasa de resistencia al ciprofloxacino, un antibiótico utilizado habitualmente para tratar infecciones urinarias, oscilaba desde el 8,4% al 92,9% para Escherichia coli y del 4,1% to 79,4% para Klebsiella pneumoniae en los países que presentaron datos al Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos y de su Uso (GLASS).
La resistencia a los antivíricos es motivo creciente de preocupación en las poblaciones de pacientes inmunodeprimidos, en los que la reproducción vírica continua y la exposición prolongada a fármacos conducen a la selección de cepas resistentes. Se ha detectado resistencia a la mayoría de los antivíricos, incluidos los antirretrovíricos.
Todos los antirretrovíricos, especialmente las clases más recientes, corren el riesgo de volverse parcial o totalmente inactivos por la aparición del VIH farmacorresistente. Los pacientes que reciben tratamientos antirretrovíricos pueden adquirir VIH farmacorresistentes, pero también es posible infectarse por un VIH que ya es farmacorresistente. Los niveles de farmacorresistencia del VIH pretratamiento a los inhibidores no nucleosídicos de la retrotranscriptasa (INNRT) entre adultos que inician un tratamiento de primera línea superaban el 10% en la mayoría de los países sometidos a seguimiento en África, Asia y América Latina. La prevalencia de la farmacorresistencia pretratamiento entre los menores de un año es sumamente alta.
El aumento de la resistencia tiene importantes repercusiones económicas, dado que los regímenes de segunda y tercera línea son mucho más caros que los fármacos de primera línea. El programa de la OMS sobre farmacorresistencia del VIH efectúa el seguimiento de la transmisión y aparición de la resistencia a fármacos contra el VIH, tanto antiguos como recientes, en todo el mundo.
Farmacorresistencia de los parásitos causantes del paludismo
La aparición de parásitos farmacorresistentes constituye una de las mayores amenazas para el control antipalúdico y provoca un aumento de la morbilidad y mortalidad por paludismo. Los tratamientos combinados basados en la artemisinina (TCA) son los tratamientos de primera línea recomendados contra el paludismo por P. falciparum en ausencia de complicaciones y se utilizan en la mayoría de los países en que el paludismo es endémico. Los TCA combinan un componente de artemisinina con un fármaco asociado. En algunos países de las regiones de la OMS del Pacífico Occidental y de Asia Sudoriental (Camboya, Myanmar, República Democrática Popular Lao, Tailandia y Viet Nam) se ha confirmado la resistencia parcial a la artemisinina y la resistencia a varios de los fármacos asociados de los TCA mediante estudios realizados entre 2001 y 2019. Ello aumenta la dificultad en la selección del tratamiento adecuado y requiere un seguimiento estrecho.
En la Región del Mediterráneo Oriental de la OMS, la resistencia de P. falciparum a la sulfadoxina-pirimetamina condujo al fracaso del tratamiento con artesunato-sulfadoxina-pirimetamina en algunos países.
Farmacorresistencia de los hongos
La prevalencia de las infecciones fúngicas farmacorresistentes va en aumento y empeora una situación terapéutica ya difícil. Muchas infecciones fúngicas actuales presentan problemas de tratamiento, como la toxicidad, especialmente en pacientes con otras infecciones subyacentes (por ejemplo, el VIH). Ello lleva a más dificultades en el tratamiento de las infecciones fúngicas, fracasos terapéuticos, estancias hospitalarias más largas y opciones terapéuticas mucho más caras. La OMS ha emprendido un examen exhaustivo de las infecciones fúngicas a escala mundial y publicará una lista de patógenos fúngicos con importancia para la salud pública, junto con un análisis de los antifúngicos en fase de desarrollo.
La RAM es un problema complejo que requiere un enfoque multisectorial unificado. El enfoque «Una salud» reúne a diferentes sectores y partes interesadas que intervienen en la salud de los seres humanos, los animales acuáticos y terrestres y las plantas, en la producción de alimentos humanos y piensos, y en el medio ambiente para establecer lazos de comunicación y colaborar en el proyecto y puesta en marcha de programas, políticas, legislación e investigaciones para lograr mejores resultados de salud pública.
Se requieren más innovaciones e inversiones en investigaciones operacionales, y en investigación y desarrollo de nuevos medicamentos antimicrobianos, vacunas y medios de diagnóstico, especialmente los dirigidos contra bacterias gramnegativas críticas, como las enterobacteriáceas resistentes a los antibióticos carbapenémicos y Acinetobacter baumannii.
La aparición y propagación de patógenos farmacorresistentes que han adquirido nuevos mecanismos de resistencia, lo que conduce a la resistencia a los antimicrobianos, siguen comprometiendo nuestra capacidad para tratar infecciones comunes. Es especialmente alarmante la rápida propagación mundial de bacterias multirresistentes y panresistentes (denominadas también «superbacterias») que provocan infecciones que no pueden tratarse con los medicamentos antimicrobianos al uso, como los antibióticos.
La línea de desarrollo clínico de nuevos antimicrobianos está agotada. En 2019 la OMS identificó 32 antibióticos en fase de desarrollo clínico contra la lista OMS de patógenos prioritarios, de los que solo seis se clasificaron como innovadores. Es más, la falta de acceso a antimicrobianos de calidad sigue siendo un gran problema. La escasez de antibióticos afecta a países de todos los niveles de desarrollo y especialmente a sus sistemas de atención de salud.