Ante la urgente necesidad de crear y producir vacunas contra la COVID-19, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) trabajó especialmente en concebir alternativas pediátricas para el uso de sus inmunógenos, a lo que sumó la obtención de otros medicamentos para los niños, como el HeberonAlfaR, el Heberferon, el Nasalferon y, para los pequeños con condiciones de salud más delicadas, Jusvinza.
Así trascendió en la cuenta de Twitter del CIGB, en la cual se precisó además que, con Abdala –de composición sencilla, y plataforma tecnológica segura y bien establecida–, ya se aplicaron más de cuatro millones de dosis a niños cubanos y de Nicaragua, de los más de 32 millones de dosis inoculadas en población pediátrica y adulta de Cuba, Nicaragua y Vietnam.
El centro detalló en la red social que la vacunación, con este fármaco, a las embarazadas y a las madres de lactantes en Cuba, también tiene incidencia sobre la población pediátrica.
Resaltó que Abdala comparte igual plataforma tecnológica que la diseñada contra la hepatitis b, incluida en el Programa Nacional de Inmunización hace más de 30 años; primer producto biotecnológico que reciben los recién nacidos en Cuba y efectivo en otras edades.
El CIGB explicó, además, que Mambisa, primer candidato vacunal proteico para uso intranasal, es de los primeros de su tipo en iniciar estudios clínicos en humanos, ha demostrado seguridad e inmunogenicidad, y avanza en su aplicación a convalecientes y como refuerzo.
Fuente: Consejo Nacional de Sociedades Científicas de la Salud