Cada 22 de julio, impulsado por la Federación Mundial de Neurología, se celebra el Día Mundial del Cerebro con el objetivo de concienciar sobre las enfermedades neurológicas. En total hay más de 600 enfermedades de origen neurológico que se originan en el sistema nervioso (cerebro, medula espinal y nervios), y este año se ha dedicado a la esclerosis múltiple con el lema “Detener la esclerosis múltiple”.
El cerebro es uno de los órganos vitales más importantes y fascinantes que componen el cuerpo humano. Funciona con unas 100 mil millones de neuronas y unas 3 mil millones de conexiones entre ellas, e interviene en el funcionamiento de todos nuestros órganos así como en procesos como el habla, el sueño, la respiración, la lectura, la redacción y el aprendizaje. Este es un órgano que tiene muchas funciones y es por eso que cuando se enferma afecta el cumplimiento de estas.
La esclerosis múltiple (EM), es una enfermedad neurodegenerativa con impacto en todos los aspectos de la vida de los pacientes. Especialmente en las funciones cognitivas y la discapacidad física, todo ello motivado por tratarse de una enfermedad que cursa con múltiples síntomas entre los que destacan la fatiga, las alteraciones visuales, los trastornos de la marcha, de la coordinación y el equilibrio así como las alteraciones de la memoria y la capacidad de concentración.
Esta patología afecta a 2,8 millones de personas en el mundo. Desde 2013 se ha producido un incremento del 22% de nuevos diagnósticos, con una prevalencia en 1 de cada 3.000 personas. Por el momento carece de cura, por lo que el diagnóstico temprano y unos tratamientos para frenar el progreso y mejorar la calidad de vida de los pacientes son vitales. Sin embargo, en un 75% de los países hay impedimentos para realizar un diagnóstico temprano y en 7 de cada 10 países hay problemas para acceder a las terapias para paliar los síntomas.
¿Cómo podemos proteger a nuestro cerebro?
- Mantener un peso saludable: El sobrepeso contribuye a otros factores de riesgo, como la hipertensión etc.
- Dieta: Se recomienda al menos cinco porciones diarias de frutas o verduras. La dieta mediterránea, que hace hincapié en aceite de oliva, frutas, y verduras, puede ser útil. Reducir las grasas saturadas y trans.
- Ejercicio aeróbico: Contribuye a reducir la presión arterial, aumentar niveles de colesterol bueno, perder peso, controlar diabetes y el estrés. Iniciar gradualmente hasta por lo menos 30 minutos de actividad física aeróbica, como caminar, trotar, nadar o andar en bici la mayoría de los días de la semana.
- Abandonar hábitos tóxicos: tabaquismo, drogas ilícitas, alcohol en exceso.
- Priorizar algún momento del día para relajación. Hacer actividad recreativa, vida social, meditación, rutinas de autocuidado, etc. Lo que a cada uno le resulte para disminuir el estrés, el cual empeora cualquier otro factor de riesgo.
- Chequeo médico anual para búsqueda y tratamiento de los factores de riesgo de ACV
- De existir hipertensión, diabetes, colesterol elevado, apneas del sueño, arritmias, entre otros, deberán ser tratados y controlados estrechamente
Con motivo del Día del Cerebro, diversas entidades del país se van a unir para concienciar sobre esta enfermedad neurológica y la situación de los pacientes en redes sociales. Se difundirá la importancia de la salud cerebral, y las estrategias de prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades cerebrales habituales, como los tumores, las enfermedades neurodegenerativas o las malformaciones.