Ayer se celebró el Día de la Enfermería Cubana en conmemoración del natalicio de Victoria Brú Sánchez, la primera enfermera cubana mártir en cumplimiento de su deber, nacida el 3 de Junio de 1876 en Managua, La Habana. Quien entregó su vida al cuidado de sus pacientes en medio de la epidemia de influenza que azotó Cienfuegos en 1918, en el contexto de la pandemia de Gripe española que sufrió la humanidad entre 1918 y 1919.
Durante las guerras de independencia, desde la manigua, numerosas mujeres ofrecieron sus servicios a la patria como enfermeras, muchas de ellas, madres, hermanas o esposas de mambises, cuidaron heridos y enfermos, estableciendo hospitales de campaña para salvar a las víctimas de los combates y epidemias que asolaron los campos de batalla.
En la Guerra Necesaria (1895-1898) Isabel Rubio, natural de la provincia de Pinar del Río, fue nombrada por el Lugarteniente General Antonio Maceo, con el grado de Capitana de Sanidad del Ejército Libertador por sus incontables servicios en defensa de la patria y al cuidado de enfermos a lo largo de su vida en la manigua. También América Arias López fue una enfermera patriota cubana, que llegó a alcanzar el grado de capitana del Ejército Libertador.
En 1899 se inicia la enfermería profesional en Cuba con las primeras escuelas de la especialidad, fundadas por el Dr. Raimundo García Menocal en su clínica particular. El objetivo principal fue enaltecer y fomentar la profesión mediante un sistema de instrucción que le proporcionara a las enfermeras conocimientos teóricos y prácticos en la asistencia de los enfermos y le otorgara un título de graduadas que avalara el ejercicio de su labor y le facilitara la manera de obtener trabajo.
En 1902 se graduaron las primeras siete enfermeras que reciben sus títulos el 23 de septiembre de ese año en presencia del Presidente de la República Tomás Estrada Palma, el Dr. Emiliano Núñez de Villavicencio, el claustro de profesores, personalidades científicas y de la sociedad; así como el Dr. Carlos E. Finlay Shine quien pronunció el discurso de graduación, en el acto se entregó el diploma de graduadas por la Universidad de la Habana.
El 19 de Marzo de 1909, se funda la Asociación Nacional de Enfermeras; su primera presidenta fue Margarita Núñez Núñez y la asociada de Honor América Arias. A partir de entonces se promueven enfermeras cubanas a los cargos de superintendentes. Las profesionales cubanas comienzan a dar pruebas del nivel de preparación que poseían ante cualquier emergencia y demuestran la independencia obtenida en el desempeño de su labor asumiendo el liderazgo dentro del claustro de las escuelas.
El 3 de junio de 1924, se celebra por primera vez en Cuba, el Día de la Enfermería. En 1925 la Asociación de Enfermeras de Cuba forma parte del Concilio Internacional de Enfermeras, por el prestigio ganado en su humana labor. En 1932, se transforma en el Colegio Nacional de Enfermeras.
Al triunfo de la Revolución, cambian completamente los planes de estudio de la enseñanza de la enfermería, adquiriendo mayor calidad y el servicio de enfermería se extiende a todo el país. Comienzan entonces las enfermeras a incorporarse a los servicios especializados.
La labor, habilidades y magisterio de los profesionales de la enfermería cubana continúan perfeccionándose siempre con el espíritu y la disciplina de Florence Nightingale madre de la enfermería moderna y de Victoria Brú Sánchez, primera enfermera cubana mártir en cumplimiento de su deber. Hoy centenares de enfermeros de Cuba se desempeñan en misiones internacionalistas donde más se necesite su labor y dan su aporte también en el campo de la colaboración científica.
Ser enfermera/o es sinónimo de abnegación, altruismo, sabiduría, vocación, beneficencia, honestidad, hermandad, transparencia, consagración, amor, justicia, laboriosidad, sinceridad pero ser un enfermero/a cubano eso es sinónimo de Ángeles. Felicidades.