Se incorpora a la colección del Porgrama Integral para el Control del Cáncer en Cuba, un nuevo ejemplar que se titula “Pautas para la Gestión de Implementación”. Este documento es el resultado de la revisión por un grupo de expertos, de bibliografía actualizada sobre el tema y el análisis de los resultados obtenidos, para actualizar el programa vigente segun corresponde.
En Cuba el primer programa de control de cáncer se implementó en 1968 y estuvo dirigido a la detección precoz del cáncer cervicouterino, al mismo tiempo y a partir de la identificación de nuevos problemas de salud, se establecieron otros para buscar soluciones y alcanzar mejores resultados.
En el 2006 a nivel del Ministerio de Salud Pública se decidió crear una nueva estructura organizativa denominada Unidad Nacional para el Control del Cáncer, que a partir del 2010 pasó a ser la Sección Independiente de Control del Cáncer (SICC), como expresión de la voluntad política del Gobierno, para lograr el impacto esperado a escala poblacional de reducir la incidencia y mortalidad por esta causa. El encargo social de la SICC es reorientar la gestión del programa existente y buscar nuevas formas organizativas que permitan coordinar esfuerzos de la sociedad en pleno.
La ejecución del Programa Integral para el Control del Cáncer (PICC) como documento rector para la actuación, con la Estrategia Nacional de Control de Cáncer (ENCC) para su implementación, sirve de orientación en la planificación y aplicación de intervenciones dirigidas a integrar las acciones de conjunto con el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Desde la implementación del PICC en el 2010 hasta la fecha, se han obtenido avances que se expresan en los “cambios de mejora organizacional”, que responden a las transformaciones del SNS en sus tres etapas, y a la implementación de los Lineamientos de la política económica y social del país.
El programa renovado incluye un conjunto de acciones basadas en la identificación de las fortalezas y debilidades existentes, con el propósito de establecer un plan estratégico que amplíe las alianzas en el enfrentamiento a la enfermedad, para evaluar la carga de la misma, determinar las prioridades para el diseño de planes ajustados a la complejidad del problema y a sus peculiaridades geográficas, sociales y económicas.