La presencia del anestesiólogo-reanimador en el salón de operaciones y en la sala de recuperación es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de la mujer sometida a cesárea y de su hijo y en otras intervenciones ginecológicas, sean urgentes o programadas. Este especialista no solo es responsable de la administración adecuada y segura de los anestésicos, sino también de la monitorización continua de las funciones vitales y la pronta identificación y manejo de posibles complicaciones perioperatorias.
Con ello contribuye a una mejor evolución clínica y reducción de morbilidad materna. Su rol es también crucial en la personalización del plan anestésico según las características y condiciones específicas de cada paciente, optimizando el control del dolor y facilitando una recuperación más rápida.
La implementación de los protocolos ERAS (Enhanced Recovery After Surgery) en cirugía ginecológica y obstétrica ha reforzado la relevancia del anestesiólogo-reanimador como líder en la coordinación multidisciplinaria para mejorar los resultados postoperatorios. Estos protocolos integran estrategias que abarcan desde la optimización preoperatoria, técnicas anestésicas menos invasivas, control multimodal del dolor, hasta una movilización temprana y nutrición adecuada tras la intervención. La adhesión rigurosa a ERAS permite reducir las complicaciones, acortar la estancia hospitalaria y mejorar la satisfacción de la paciente, aspectos esenciales en el contexto de cesáreas y cirugías ginecológicas urgentes, donde el balance entre rapidez y seguridad es determinante.
Es el anestesiólogo /reanimador un profesional indispensable y un fiel aliado para el Programa de Atención Materno Infantil y para la salud global de la mujer.
