Noemí Pérez Valdés nació en La Habana, el 10 de diciembre de 1926. Se graduó de Doctora en Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana en 1954. Se incorporó como docente universitaria en 1961, y dirigió el Departamento de Psicología de la Cátedra de Psiquiatría del Hospital General “Calixto García”. Además, trabajó en el Hospital Pediátrico “William Soler” como Jefa de su Departamento de Psicología (1960-1965) y en el Centro de Formación y Orientación de la Salud del niño”, perteneciente entonces a la Dirección de Docencia del Ministerio de Salud Pública. Fue promulgadora y comunicadora del primer programa televisivo sobre Orientación Psicológica, difundido por el Canal 2 de la Televisión Cuba denominado “Escuela de Padres”.
En 1963 se incorporó como Profesora Auxiliar al claustro de la Escuela de Psicología de la Universidad de La Habana. Fue vicedirectora docente y de Investigaciones del Hospital Psiquiátrico de La Habana, tarea que desempeñó con gran dedicación y notables resultados entre 1977 y 1997. Durante 20 años alcanzó la categoría docente de profesora titular, siendo la profesora principal de la asignatura psicología médica en el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana. Su trabajo fue meritorio, ya que desde principios de los años 80, se responsabilizó con la comisión creada para la integración de la Psicología al actual plan de estudios de la carrera de Medicina, que permitió desarrollar el enfoque biopsicosocial en la formación de los médicos. Fue integrante del colectivo de autores del libro sobre psicología médica para alumnos de medicina.
En 1974, cuando en otras latitudes comenzaba a usarse el término de Psicología de la Salud para referirse a un campo especial de aplicación de la Psicología, se fundó la Sociedad Cubana de Psicología de la Salud, la primera en el mundo, de la cual fue Presidenta desde 1979 hasta su muerte. Esta sociedad surgió como expresión de la consolidación de más de una década de trabajo de los psicólogos en la salud.
Con el esfuerzo y la dedicación que siempre la caracterizaron en todas las tareas asumidas, alcanzó el grado científico de Doctora en Ciencias Psicológicas en el año 1985. Durante todos estos años, con su incansable espíritu, la jovialidad que manifestaba y en permanente contacto con los psicólogos de todo el país, Noemí acumuló uno de los más notorios expedientes académicos de la psicología latinoamericana. Participó en decenas de investigaciones, especialmente en la línea de la rehabilitación psicosocial del paciente mental y sus aspectos psicológicos. Una de ellas recibió en 1992 el premio anual al mejor trabajo científico que otorga el Ministerio de Salud Pública de Cuba: “La rehabilitación psiquiátrica: una alternativa humana para la prevención de incapacidades, deficiencias y otras secuelas de las enfermedades mentales de larga duración”, que fue fruto del decursar de su actividad en el prestigioso hospital psiquiátrico de La Habana.
Noemí acumuló más de 100 publicaciones nacionales e internacionales. Su labor editorial en la Revista del Hospital Psiquiátrico de la Habana y en el Boletín de Psicología de dicho Hospital es bien conocida. Formó parte de varias comisiones editoriales de revistas extranjeras como Forense, de París.
Brindó asesoría técnica a más de 100 profesionales cubanos y varias decenas de profesionales extranjeros en varios países. Fue profesora invitada de muchos cursos de postgrado en diversas latitudes. Actuó como profesora consultante de organismos internacionales en 5 ocasiones. Participó en más de una centena de eventos nacionales e internacionales en Cuba y presidió o estuvo en el Comité Organizador de decenas de eventos de gran relevancia, como han sido los conocidos Congresos de Psicosalud, los Congresos Psico-Habana y el XXI Congreso de la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP) celebrado en La Habana en 1987, bajo el auspicio del Ministerio de Salud Pública. Desde 1979, fecha en que asistió al XVII Congreso de la Sociedad Interamericana de Psicología (SIP) en Lima, Perú, fue electa Representante Nacional de esta Sociedad en Cuba. En 1992 integró el grupo de profesionales latinoamericanos que constituyeron el Comité Gestor de la Asociación Latinoamericana de Psicología de la Salud (ALAPSA), siendo propuesta como Miembro Fundadora de esta Asociación y como su representante nacional en Cuba, durante el proceso de creación de la ALAPSA en Santiago de Chile, en 1993.
Fue miembro titular de la Unión de Periodistas de Cuba, del Consejo Científico del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, de la Sociedad de Psicólogos de Cuba, del Grupo Nacional de Psicología del Ministerio de Salud Pública, de la Comisión Permanente para el otorgamiento de grados científicos del Ministerio de Educación Superior, así como miembro fundador de la Sociedad franco-cubana de especialistas de Salud Mental. Fue también asesora de la pionera Maestría en Psicología de la Salud en 1993, miembro asesor del Comité Académico de la Especialidad en Psicología de la Salud, asesora del Comité Ejecutivo de la UNESCO, entre otras múltiples representaciones que alcanzó durante su vida.
Por su trayectoria docente, se le otorgó en el año 2000 la condición especial de Profesora Consultante en la Facultad de Ciencias Médicas “Calixto García”. Recibió diferentes condecoraciones y distinciones, entre las que se destacan la Medalla Oficial del Primer Centenario de la Bandera de Cuba” (1950), la Distinción por la Educación Cubana (1983), la Orden “Frank País” otorgada por el Consejo de Estado de Cuba en la Jornada por el Educador (1986) y muchas otros galardones importantes, como la Medalla “José Tey”, la Medalla “250 Aniversario de la Universidad de La Habana”, la Medalla “Manuel Fajardo” y la Declaración de Huésped de Honor del Consejo Municipal de la Ciudad de Quito, Ecuador. En el año 2004, el Instituto Superior de Ciencias Médicas le entregó la categoría docente especial de Profesora de Mérito de esa Universidad, como expresión del más alto reconocimiento y jerarquía que recibe un docente en Cuba.
Larga ha sido la trayectoria científica, docente y asistencial de Noemí Pérez Valdés y muchos fueron sus aportes en la organización y consolidación de la Psicología de la Salud. Su vida transcurrió al lado de la insigne figura del Dr. Fidel Ilizástegui, un verdadero paradigma de la Medicina cubana. Su muerte obliga a evocar esas bellas palabras de José Martí, con las cuales el psicólogo y periodista cubano Jesús Dueñas Becerra, su amigo entrañable, encabezara una semblanza: “…Se plegó el lirio, y murió envuelto en sus hojas…”. Sus méritos rebasan las fronteras nacionales, como lo demuestran los numerosos mensajes de condolencia a familiares y amigos, situados en las listas de la red ALAPSA y de la Sociedad Interamericana de Psicología.
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