El futuro de la salud inmune de una persona puede verse infuido incluso antes del nacimiento, según muestran nuevos estudios. “Sabemos que el origen de la enfermedad crónica inflamatoria está en una edad muy temprana, lo que significa que empieza durante el embarazo”, ha explicado Harald Renz, de la Universidad de Marburg, en Alemania.
Renz utilizó un ambiente que contenía una gama diversa de microbios, una granja. “Este es un buen modelo de situación que confiere un alto grado de protección al asma, un entorno rural agrícola”, explicó. La hipótesis de la higiene es una preocupación moderna por mantener a los niños limpios y en un entorno estéril aunque esto incrementa su riesgo de desarrollar alergia, por lo que ha sido motivo de debate. Ahora se sabe que esa influencia comienza antes de que nazca el niño. “Sabemos que si la embarazada se expone a microbios de ese entorno, se inicia una respuesta inmune en las vías aéreas de la madre, lo que confiere un nivel de protección en el útero”, explica el experto.
Es importante tener en cuenta que la granja es un modelo de situación que ayuda a entender los mecanismos que subyacen a estos efectos, y esta información podría ser utilizada para imitar el medio rural y prevenir la alergia en el futuro.
Cambios en el mapa del polen
Los factores ambientales pueden influenciar gravemente después del nacimiento y durante toda la vida, y uno de los más comunes es el polen. El cambio climático está alterando la distribución de las plantas y la temporada de floración de las mismas. Esto ya está teniendo un impacto significativo en los alérgicos y puede llegar a ser peor en el futuro, según ha explicado Lorenzo Cecci, de la universidad de Florencia, Italia.
“El aumento de la temporada de polen significa que la gente tiene que empezar a tomar la medicación antes, lo que se traduce en más fármacos y más coste para el individuo o los sistemas nacionales de salud”, ha dicho Cecci.