Agosto 19, 2014
“No solo hay que buscar un fármaco eficaz para ébola, sino también seguro”
La falta de información y experiencia ante el virus del ébola dificulta conseguir un tratamiento eficaz, ya que ninguno de los ensayos realizados hasta la fecha ha alcanzado la fase I.
El vicepresidente de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Rafael Cantón, y el infectólogo y vocal de esta misma sociedad, José Antonio Pérez Molina, han insistido, en una rueda de prensa, en que el virus del ébola no se contagia por vía aérea. Los profesionales han querido transmitir un mensaje de tranquilidad ante la alarma social causada por el actual brote de este virus.
Cantón ha incidido en que este filovirus se descubrió por primera en 1976 y que debido al reducido número de casos registrados y a la falta de información y experiencia ante este virus, ha sido difícil determinar un tratamiento eficaz, ya que ninguno de los ensayos realizados hasta la fecha ha alcanzado la fase I. “No solo hay que buscar que un fármaco sea eficaz, sino que también sea seguro porque los matices de un nuevo compuesto son muchos y además nos jugamos demasiado cuando sacamos uno al mercado”, ha explicado Pérez Molina, justificado así, las demora de los fármacos contra el ébola. El infectólogo también ha querido dejar claro que la autorización de posibles tratamientos para este virus no se realiza para la creación de nuevos medicamentos, sino que se trata más de contemplar debidamente si su uso es ético o no, teniendo en cuenta que no han pasado a fase clínica, por lo que no han sido probados en humanos.
Los portavoces han mencionado un reciente estudio realizado en Estados Unidos que indica cómo la proteína del ébola VP24 bloquea y deshabilita la respuesta natural inmune del organismo. Cantón ha explicado que partiendo se estos datos, “sería necesario identificar las partes específicas del virus que vulnerar al sistema inmunológico o estudiar el fenómeno desde la base y analizar las áreas del genoma que crean la proteína VP24 que es la que desencadena todo el proceso”.
Pérez Molina ha afirmado que “la población general no tiene que tomar precauciones específicas, dado que el modo de contagio del ébola es por contacto directo con fluidos de personas infectadas por el virus”. Además, ha resaltado que este virus “da la cara pronto y es relativamente fácil de detectar” debido a tiene un periodo de incubación de un máximo de 21 días.
Uno de los riesgos que sí ha acentuado Pérez es “el contagio mediante la manipulación del cadáver, por lo que el contacto debe ser mínimo y por ello, nunca se contempla la realización de una autopsia”. Este factor de riesgo explica la expansión del virus en áreas endémicas donde el contacto con el cadáver forma parte de sus rituales. Además, el infectólogo ha aclarado que, junto con la anterior, “el contagio masivo del ébola en estas zonas está acentuado por la falta de infraestructuras, mecanismos de actuación y protocolos que sí tenemos en nuestro país”.
En esta misma línea, Pérez ha querido clarificar que la alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no advierte de una posible expansión del virus, sino de dos premisas que ha querido resaltar: “Las indicaciones de la OMS están orientadas a que se lleven a cabo acciones que ayuden a paliar el contagio del virus en los países sin mecanismo necesario, y en segundo lugar, advierte al resto de países para que estén alerta y preparados ante un caso hipotético de contagio”. Sin embargo, ha recalcado que la expansión del ébola en España es muy improbable debido a que no se contagia por el aire, pero que aun así, “existen unos protocolos de actuación establecidos e instalaciones adecuadas y preparadas”, ha insistido Cantón.
Pérez también ha recalcado que la forma más lógica de detener la expansión del virus es incidir en su curación en las zonas más afectadas, en el foco, nutriendo a los países con menos infraestructuras y sobre todo, “invirtiendo en investigación”.
—-CIFRAS —-16 de Agosto 2014. La epidemia del virus del Ébola en África del Oeste continúa extendiéndose, con 1 975 casos (posibles detectados) y 1069 muertos en Guinea, Liberia, Nigeria y Sierra Leona.