La salud bucal hoy, esencial para una óptima dentición mañana

Un cuidado específico para cada necesidad: encías, dientes y cavidad bucal

 

Gingivitis, cuando la placa bacteriana altera el equilibrio de las encías

Sin el correcto cuidado de las encías, se puede desencadenar una gingivitis: inflamación de las encías por una acumulación de placa bacteriana no tratada. En su fase inicial, se manifiesta con enrojecimiento, inflamación y sangrado durante el cepillado. Si no se trata adecuadamente, podría extenderse hasta el hueso generando una periodontitis y con el tiempo la pérdida de la pieza dental.

En estos casos, es necesario el uso de una pasta dentífrica y un colutorio con triclosán y clorhexidina, productos específicos que ayuden a eliminar las bacterias responsables de dicha inflamación.

La acumulación de placa bacteriana es la principal causa de la enfermedad periodontal y afecta a las encías y a las estructuras que soportan los dientes.

Encías sanas tras una intervención bucodental

En caso de realizarse una intervención quirúrgica que afecte a la encía como podría ser la extracción de un diente, colocación de implantes etc., ésta queda abierta y tiene riesgo de infección.

Es importante la utilización de productos que ayuden a evitar la infección, favorezcan la cicatrización y disminuyan la inflamación.

Afecciones en los dientes

Caries, dependiente del azúcar

La caries está considerada como una afección infecciosa que se produce tanto en niños como en adultos. La placa bacteriana, “alimentándose” del azúcar, genera sustancias ácidas que reducen el pH y provocan la desmineralización del esmalte generando la caries.

Para prevenirla resulta imprescindible una correcta higiene diaria, empleando una pasta dentífrica con elevado contenido en flúor y calcio para aumentar su resistencia al ataque ácido.

El flúor es un elemento clave ya que actúa en dientes, saliva y placa bacteriana para prevenir la perforación de las piezas dentales.

La hipersensibilidad dental afecta a cerca de la mitad de pacientes en consulta

Los dientes están expuestos en el día a día al ataque de ácidos que generan erosiones en el esmalte. Además, una mala técnica de cepillado provoca una retracción de la encía exponiendo el diente al frío, al calor o a los alimentos excesivamente dulces o salados. Esta exposición produce una transmisión de estímulos externos que alcanzan las zonas internas del diente generando dolor.

Su tratamiento requiere el empleo de productos con ingredientes que tengan una acción desensibilizante, como el nitrato potásico.

Afecciones en el resto de la cavidad bucal

La lengua es el hogar de alrededor del 50% de las bacterias que se encuentran en la cavidad bucal.

Halitosis, 1 de cada 2 personas la sufre en algún momento de su vida

El “mal aliento” o halitosis puede darse por diversos factores: acumulación de placa bacteriana, afecciones en las encías, estrés, sequedad bucal, etc. Se produce una disminución de la saliva y aumenta la disponibilidad de restos alimentarios, de los cuales se nutren las bacterias responsables de la emisión del mal aliento para crecer.

La halitosis se combate con el uso diario de productos con agentes antisépticos (clorhexidina y triclosán) que eliminen las bacterias y que incluyan sales de zinc ya que poseen una acción neutralizante del olor.

Aftas, no es sólo una llaga, es un aviso de un desequilibrio en el organismo

Las aftas o “llagas” son un tipo de úlcera bucal que suelen aparecer en las superficies interiores de los carrillos y los labios, la lengua, el velo del paladar y la base de las encías. La mayoría están producidas por infecciones virales, defensas bajas, estrés o falta de vitaminas y minerales. No hay que confundirlas con herpes.

Su tratamiento es sintomático, por lo que es necesario aplicar un gel tópico con activos de acción calmante y antiinflamatoria, como por ejemplo triésteres de glicerol oxidados (TGO), para disminuir el dolor asociado y favorecer la cicatrización.

Fuente: http://www.isdin.com/node/126