Las flechas de cupido no llegan al corazón sino al cerebro; no son más que la liberación de moléculas químicas euforizantes como la Dopamina, Oxitocina y Adrenalina, cuando en él se activan 4 zonas: dos en el cortex cerebral (la parte más desarrollada) y otras dos en zonas más primitivas propicias para el sentimiento de dependencia.
Los besos también liberan sustancias químicas que tienen un papel fundamental en la selección de la pareja y la reproducción. Y nuestro deseo sexual, que es alimentado por la hormona masculina Testosterona, nos lleva a buscar múltiples parejas.
Asimismo el amor pasional u obsesivo concentrado en una persona es debido a una actividad intensa del estimulante natural conocido como Dopamina y el vínculo que permite a dos personas seguir juntas se atribuye a un nivel elevado de Oxitocina (hormona materna).
Tomado de Cubadebate