Quiso la vida a una rosa,
darle luz de atardecer,
y al brillo de una sonrisa
le entregó un amanecer.
Quiso de su suave dulzura
cubrirle toda la piel,
puso en sus manos ternura
y en sus labios puso miel
Para cuidarla del viento
dio tanta fuerza a su ser,
que en la más dura tormenta,
siempre volvió a renacer.
Un Don había que ofrendarle,
y le dio tanto querer,
que vió en su vientre la vida,
otra vida florecer.
Un nombre quiso buscarle,
al ver la rosa crecer,
y puso amor entre sus letras para llamarla MUJER