Dr. Raúl Riverón Corteguera

EJEMPLO DE CONSAGRACIÓN.

La Pediatría cubana tiene una rica y larga historia. En el siglo XX alcanzaron notoriedad varios pediatras en distintas ramas de la especialidad. Dentro de ellos se encontraba el doctor Raúl Riverón Corteguera, quien fue un excelente médico, con un enfoque integral del ser humano, que se dedicó a la noble tarea de enseñar, convirtiéndose en un profesor de gran respeto y admiración, que predicaba con su ejemplo profesional, revolucionario y social, enfrentando sin temor la época que le toco vivir.

En él siempre estuvo presente el espíritu de superación profesional y científica, de ahí que brindara la mayor parte de su vida al estudio de una de las principales causas de muerte en los niños, las enfermedades diarreicas agudas, las cuales antes del triunfo revolucionario constituían un alto grado de mortalidad en la población. No se conformó solo con estudiar sus causas, prevención y tratamiento, sino que también contribuyó a la formación de cientos de profesionales de la salud. A lo largo de su vida profesional y profesoral asumió con natural sencillez y modestia el deber de compartir el privilegio del saber sin alardes egocéntricos.

Raúl Lázaro Riveron Corteguera nació en La Habana el 10 de septiembre de 1934, un año después de la caída de la sangrienta dictadura machadista. Hijo de proletarios. Su padre se dedicaba a la venta de retratos y cuadros. Cursó sus estudios primarios en la escuela pública nacional del Cerro. El bachillerato lo realizó en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara y comenzó a estudiar ingeniería química industrial en la Universidad Marta Abreu, en esa misma ciudad, en 1953, año del centenario del Natalio del Apóstol. En ese mismo año se trasladó a la Universidad de La Habana, donde comenzó a estudiar Medicina hasta 1956, que se produce el cierre de la universidad. Al triunfo revolucionario reanuda sus estudios y se gradúa de Doctor en Medicina en abril de 1962.

Durante juventud se opuso al golpe de estado, participó en huelgas estudiantiles que ocurrieron en Santa Clara. Al trasladarse a La Habana para continuar sus estudios comienza a trabajar paralelamente para subsistir y contribuir económicamente en las colectas que se realizaban para recaudar fondos para el movimiento 26 de julio.

En los primeros años del triunfo revolucionario fue elegido secretario de finanzas del sindicato de la compañía nacional de alimentos, la cual abandonó al terminar sus estudios de medicina. En septiembre de 1960 ingresó en las Milicias Nacionales Revolucionarias. En enero de 1961 integró el primer contingente de médicos que participó en la limpia del Escambray, siendo ubicado en un lugar llamado “Cuatro Vientos”, brindando atención medica al batallón 307, pasando posteriormente a ser jefe de los servicios médicos del campamento “La Conga” en Limonar, Matanzas e inspector de los servicios médicos en Oriente Sur.

Durante la invasión mercenaria y ataque a Playa Girón estuvo acuartelado por 15 días en el hospital móvil del antiguo hospital de la Policía Nacional Revolucionaria y en la Crisis de octubre permaneció movilizado en el hospital “Emilio Bárcenas” en Mayarí, donde se encontraba realizando su posgraduado.

Perteneció al primer contingente de médicos enviados desde La Habana hasta la zona del Cauto en 1963 al ocurrir el ciclón Flora, donde tuvo el honor de compartir con nuestro Comandante en Jefe. En octubre de 1965 fue designado por el compañero Machado Ventura responsable de un grupo de médicos y enfermeras que se trasladaron a la Isla de la Juventud cuando el ciclón “Alma” azotó la región.

En el servicio social rural ocupó el cargo de Director del hospital rural “Emilio Bárcenas” en Mayarí y Hospital de Ocujal del Turquino. Al terminar su servicio social regresa a la Habana y comienza a trabajar como residente de pediatría en el hospital pediátrico “Pedro Borras Astorga”, donde recibió el título de Especialista de Grado de Pediatría en 1966.

Una vez graduado de especialista pasó a ocupar la responsabilidad de Asesor de Pediatría del departamento Mujer-Niño del Ministerio de Salud Pública. En 1968 viajó a México para participar en el curso de Nutrición aplicada. A su regreso se desempeñó como Profesor de nutrición en la escuela “Carlos J. Finlay”.

Participó como trabajador voluntario en la zafra de 1970 como machetero en los cañaverales de San Luis y El Cristo. En 1971 fue nombrado Jefe del Grupo Provincial de Pediatría de la Dirección Provincial de Salud de Oriente Sur. En noviembre de 1975 recibió el título de Especialista de II Grado en Administración de Salud. Al año siguiente ocupó la responsabilidad de secretario del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública.

Desde 1977 hasta 1980 acompañó a su gran compañero y amigo como Jefe de despacho al Doctor José Gutiérrez Muñiz, quien se desempañaba como Ministro de Salud Pública.

El Doctor Riverón se inició como Instructor de Pediatría en el Hospital “Pedro Borras” en 1963, impartiendo la asignatura de Propedéutica Pediátrica. Al año siguiente se desempeñó igualmente en el Hospital Infantil de Santiago de Cuba. Durante 1965-1966 fue profesor de Pediatría de la escuela de auxiliares de enfermeras del Hospital Borrás.

En los años 1973-1975 integró la Comisión Asesora del programa de pediatría en la dirección Nacional de Docencia Médica Superior del  Ministerio de Salud Pública. En el último año fue profesor invitado en el curso de perfeccionamiento “Avances en Pediatría”. En 1976 fue coordinador del curso de postgrado sobre “Progresos en la prematuridad” en el Hospital América Arias.

En 1980 participó como profesor en el I Curso Internacional de Salud Materno Infantil, organizado por la OPS.

Se reincorpora a la actividad docente-asistencial en 1981 durante la epidemia de Dengue hemorrágico en el Hospital Pediátrico Docente Centro Habana, donde desarrolló una destacada labor al frente del Servicio de Enfermedades Diarreicas Agudas, al inicio como profesor instructor hasta convertirse en Profesor Titular. Ocupó además el cargo de Vicedirector Docente de ese mismo centro desde 1983 hasta 1996.

Represento a la Pediatría Cubana en el CAME (1980-1989). Fue coordinador nacional del programa de control de las EDA (1983-2005) y miembro del grupo nacional de pediatría desde 1970 hasta su muerte, ocurrida lamentablemente el 1ro de noviembre de 2005.

Su amplia labor científica e investigativa se desplegó en numerosas publicaciones en libros y revistas, tutorías y asesorías nacionales e internacionales (OMS/OPS). Participó en tribunales de exámenes estatales para especialistas de I y II Grado en Pediatría. Fue miembro del Comité Editorial de la Revista Cubana de Pediatría desde 1974 y secretario de esta desde 1997 hasta su muerte.

Su amplia bibliografía se encuentra registrada en varias revistas médicas cubanas, latinoamericanas, europeas y estadounidenses. Sus publicaciones científicas no son solos expresión de su continúa actividad investigativa para el aporte de nuevos conocimientos sino que también dedicó largas horas de estudio y trabajo para encontrar nuevos métodos y guías para el trabajo diario de los especialistas y así contribuir a mejorar el estado de salud de la población infantil.

Fue Miembro del Consejo Científico de la Facultad “General Calixto García Iñiguez” y del Hospital Pediátrico Docente de Centro Habana y Jefe del Departamento de Pediatría de la Facultad “Calixto García”.

En el año 2003 alcanzó la categoría de Profesor Consultante. Un año después fue Presidente del Comité Académico de la Maestría de Atención Integral al Niño para Cuba y Venezuela y del Premio Anual del MINSAP. Participó en eventos nacionales e internacionales.

El Doctor Riverón dedico  como revolucionario amante de la paz, con sus altos ideales independentistas y de justicia social dedicó también una parte de su vida a las actividades políticas, siendo merecedor de numerosas condecoraciones.

En el Hospital Pediátrico Docente Centro Habana se recuerda y se rinde homenaje a tan ilustre personalidad de la medicina cubana.

El Profesor Raúl Riverón fue un excelente pediatra y un celoso guardián de la salud de nuestros niños, con una vasta actividad profesional, científica y educativa, la cual contribuyó al desarrollo de la medicina cubana, sin olvidar ni nunca dejar atrás su gran espíritu revolucionario, dedicando su vida a la Revolución y por una pediatría de excelencia, convirtiéndose en uno de los más fervientes constructores de nuestro socialismo.