Más de 300 niños y adolescentes en Cuba presentan daños actínicos (relacionados con la luz solar) crónicos en la piel, la mayoría de los cuales viven en la región central. Esta condición los aúna en un grupo de alto riesgo para un posible padecimiento futuro de cáncer de piel, enfermedad cuya incidencia a nivel mundial es creciente, debido en gran medida a la asunción de conductas irresponsables, entre las que se incluyen las exposiciones prolongadas al Sol y la errónea creencia de que el bronceado es atractivo y saludable. Sobre este tema trata el artículo publicado el 26 de septiembre del 2016, en el diario Juventud Rebelde, titulado ¡Aprendamos a vivir con el Sol!, de la periodista Ana María Domínguez Cruz, basado en una entrevista realizada a la especialista en Dermatología, Pilar María Acuña Aguilarte, quien labora en el Hospital Pediátrico Universitario de Centro Habana.