septiembre 2018 Archives

Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han calculado por primera vez la capacidad pulmonar de los neandertales y confirmado que era considerablemente superior a la de Homo sapiens.

Los datos apuntan a que la capacidad pulmonar de los neandertales era alrededor de un 20 % mayor que la de los humanos modernos. Para este estudio, realizado  a partir técnicas de antropología virtual y morfometría geométrica 3D, han contado con los datos fisiológicos experimentales del Hospital Universitario de La Paz.

El equipo ha utilizado fósiles correspondientes a elementos costales de tres individuos diferentes: Kebara 2, del yacimiento israelí que tiene una antigüedad de 60 000 años; Tabun 2, también localizado en Israel pero con 120 000 años de antigüedad y el Sidrón, yacimiento de hace casi 50 000 años situado en Asturias.

“Hemos estimado una capacidad pulmonar en torno a los 9 litros para los neandertales masculinos de Kebara 2 y El Sidrón. Los fósiles de Tabun corresponden a un neandertal femenino y revelan una capacidad pulmonar en torno a los 6 litros”, explica el investigador del MNCN Daniel García Martínez. “Los datos obtenidos muestran capacidades pulmonares mucho mayores en  Homo neanderthalensis que en H. sapiens donde la media masculina ronda los 7 litros y la femenina 5”, continúa.

“Este estudio es el primero en calcular la capacidad pulmonar de un homínido fósil. Los resultados obtenidos son coherentes con la teoría de que esta especie extinta  requería  gran cantidad de oxígeno para poder sustentar las necesidades metabólicas que exigían su mayor musculación y masa cerebral”, aclara  Markus Bastir.

a) Forma del tórax y los pulmones en vista frontal de los humanos modernos y neandertales, así como una imagen de sus cerebros en la vista lateral. El tórax y el cráneo neandertales pertenecen a Kebara 2 y Guattari 1, respectivamente. El tórax y el cráneo de humanos modernos pertenecen a un promedio de cuatro humanos modernos y a un individuo, respectivamente. B) Superposición en vista frontal del tórax y pulmones de Neandertal y humano moderno. C) Superposición en vista inferior, donde se puede observar una mayor anchura y profundidad en Neandertales (Imágenes de los cráneos proporcionadas por el Dr. García Tabernero).

(Imágenes de los cráneos proporcionadas por el Dr. García Tabernero).

a) Forma del tórax y los pulmones en vista frontal de los humanos modernos y neandertales, así como una imagen de sus cerebros en la vista lateral. El tórax y el cráneo neandertales pertenecen a Kebara 2 y Guattari 1, respectivamente. El tórax y el cráneo de humanos modernos pertenecen a un promedio de cuatro humanos modernos y a un individuo, respectivamente.

B) Superposición en vista frontal del tórax y pulmones de Neandertal y humano moderno.

C) Superposición en vista inferior, donde se puede observar una mayor anchura y profundidad en Neandertales

“Asimismo concluimos que esta gran capacidad pulmonar puede reflejar una tendencia evolutiva extendida a todo el género Homo ya que también se observa en otras especies. Parece que el sistema respiratorio tiene un papel destacado en la evolución de la forma del cuerpo de estas especies”, apunta el investigador del MNCN.

¿Para qué tanto oxígeno?

Humanos modernos y neandertales tienen muchas cosas en común pero también notables diferencias anatómicas. Los humanos modernos tienen una complexión más estilizada mientras que los neandertales que tenían la frente huidiza, una cara muy grande proyectada hacia delante, extremidades más cortas y torsos (tórax y pelvis) más anchos, presentando una complexión más robusta.

Hasta ahora los estudios sobre su anatomía apuntan a que tenían un cerebro mayor, 1500 centímetros cúbicos frente a 1300, y en torno al 10 o 15 % más de masa muscular.

Ambos tejidos, cerebro y  músculos, consumen gran cantidad de energía que es suministrada al organismo en forma de nutrientes y también con el aporte de oxígeno. El oxígeno permite, a través de procesos catabólicos, la obtención de energía.

“Por las características descritas sabemos que esta especie requería grandes cantidades de energía. Esa necesidad, además de que posiblemente jugó en su contra a la hora de sobrevivir, se ve reflejada en una caja torácica mayor en su parte inferior, la zona donde se inserta el musculo encargado de la inspiración, el diafragma.
septiembre 9/2018 (agenciasinc.es)

Referencia bibliográfica:

García-Martínez, D., Torres-Tamayo, N., Torres-Sánchez, I., García-Río, F., Rosas, A., & Bastir, M. (2018). Ribcage measurements indicate greater lung capacity in Neanderthals and Lower Pleistocene hominins compared to modern humans. Communications Biology, 1(1), 117. doi: 10.1038/s42003-018-0125-4.

septiembre 10, 2018 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Antropología | Etiquetas: |

La Organización Mundial de la Salud ha hecho públicos los nuevos datos globales sobre actividad física. Los resultados alertan de una caída en su práctica en el siglo XXI y revelan que más de 1400 millones de adultos corren el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, demencia y algunos cánceres por no realizar suficiente ejercicio.

imagesUn 28 % de los adultos en el mundo -1400 millones de personas- no se mantuvieron suficientemente activos en 2016, lo que supone un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, demencia y algunos cánceres, según el primer estudio de las tendencias mundiales de ejercicio físico.

El trabajo, realizado por investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y publicado en la revista The Lancet Global Health, actualiza las estimaciones de 2008 y revela que, en general, el nivel global de actividad en la población adulta permanece prácticamente sin cambios desde 2001.

“A diferencia de otros grandes riesgos de salud, los niveles de inactividad física no están disminuyendo, y más de un cuarto de todos los adultos no están siguiendo las recomendaciones para una buena salud”, advierte Regina Guthold, autora principal del estudio.

De hecho, los datos muestran que si las tendencias actuales continúan, el objetivo para 2025 de una reducción relativa del 10 % en el ejercicio físico insuficiente no se cumplirá.

En 2016, alrededor de una de cada tres mujeres (32 %) y uno de cada cuatro hombres (23 %) en todo el mundo no alcanzaron los niveles recomendados de actividad física para mantenerse saludables, es decir, al menos 150 minutos de intensidad moderada o 75 minutos de actividad física intensa por semana.

La investigación se basa en los datos de actividad en el trabajo, en el hogar, durante el transporte y tiempo libre de 1,9 millones de adultos de 18 años y más en 168 países. En 55 de esos 168 países, es decir el 33 %, más de un tercio de la población no tenía suficiente actividad física.

Estos datos muestran la necesidad de que todos los territorios aumenten la prioridad de proporcionar entornos que respalden la actividad física y aumenten las oportunidades de realizar ejercicio diario para las personas de todas las edades.

“Las regiones con niveles crecientes de ejercicio físico insuficiente son una gran preocupación para la salud pública y la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles”, subraya Guthold.

Países más ricos, menos deporte

Con respecto al nivel socioeconómico, los países de altos ingresos poseen niveles de actividad física insuficiente mayores (37 %) en comparación con los países de ingresos medios (26 %) y de bajos ingresos (16 %). Además, en los territorios más ricos la inactividad aumentó en un 5 % entre 2001 y 2016.

Las tasas más altas de actividad insuficiente en 2016 se encontraron en adultos en Kuwait, Samoa Americana, Arabia Saudita e Iraq, donde más de la mitad de todos los adultos eran insuficientemente activos. Tras ellos se sitúa Estados Unidos y Reino Unido, dónde alrededor del 40 y del 36 % de los adultos, respectivamente, no estaban suficientemente activos.

Si bien la disminución en la actividad física ocupacional y doméstica es inevitable a medida que los países prosperan y el uso de la tecnología aumenta, los autores concluyen que los gobiernos deberían proporcionar una infraestructura que promueva el ejercicio continuado.
septiembre 7/2018 (agenciasinc.es)

septiembre 8, 2018 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Bienestar y Calidad de Vida, Enfermedades crónicas no trans. | Etiquetas: , |

Un equipo internacional con participación española ha encontrado un mecanismo celular desconocido hasta ahora y que puede influir en episodios agudos, como los ictus y los infartos de miocardio, y en el cáncer. Los científicos han descubierto cómo las células son capaces de protegerse para ganar tiempo y sobrevivir cuando su respiración se ve comprometida.

Parkinson-celulas-madreEl autor principal de este trabajo, publicado en Nature Communications, es Rubén Quintana, investigador del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG, centro mixto del CSIC y la Universidad de Salamanca), y puede tener importantes repercusiones para el estudio de episodios agudos en los que algunos tejidos dejan de recibir oxígeno, como ocurre en el ictus o el infarto de miocardio, así como en otros procesos biológicos.

La clave está en la mitocondria, la parte de la célula que consume el oxígeno y produce energía. Su arquitectura actúa para alargar la vida de las células, en concreto, los plegamientos o crestas de su membrana interna. Según han averiguado los investigadores, la proteína Opa1, que da forma a la mitocondria y mantiene estas estructuras, también favorece la actividad reversa de ATPasa. Esta enzima “es como una turbina, produce energía y funciona en un sentido determinado, pero también es capaz de hacerlo en sentido contrario y eso es lo que ocurre en este caso”, explica Quintana.

Función mitocondrial

De esta forma, “se mantiene la función mitocondrial”, lo que explica que se evite la muerte de células y, por lo tanto, de los tejidos que forman en ciertas situaciones de falta de respiración. En órganos como el cerebro o el corazón este mecanismo tiene mucha importancia, ya que la ausencia prolongada de respiración puede tener consecuencias irreversibles y de esta forma las células ganan tiempo pueden recuperarse del daño sufrido.

No obstante, también puede tener importantes implicaciones en situaciones no agudas de diversas enfermedades. Por ejemplo, “en el cáncer las células tumorales pueden adaptarse a no depender de la respiración, de manera que se favorecería el desarrollo del tumor”, subraya el experto. “Un mecanismo de supervivencia como este siempre tiene consecuencias positivas y negativas”, agrega.

El equipo de investigación, que ha desarrollado este trabajo en cultivos celulares inhibiendo la maquinaria de la respiración en la mitocondria, está liderado por el profesor Luca Scorrano, de la Universidad de Padua (Italia), donde estuvo trabajando Quintana, y cuenta también con otros expertos españoles del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
septiembre 7/2018 (agenciasinc.es)

septiembre 8, 2018 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Biología, Cardiología, Genética | Etiquetas: , , |