Altas temperaturas, humedad y lluvias son condiciones características del verano, e ideales para que el mosquito Aedes aegypti –agente transmisor de virus como el Dengue, el Zika, el Chikungunya y la Fiebre Amarilla– se reproduzca.
No es fortuito entonces el llamado que las autoridades de salud hacen a la población de reforzar las medidas preventivas para evitar que prolifere este vector.
De acuerdo con el doctor Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, el incremento de las arbovirosis (enfermedades transmitidas por mosquitos) que se produce en este periodo estival, viene dado por las lluvias, muy marcadas este año.
Ello incide, dijo, en el aumento de los criaderos de mosquitos, sobre todo teniendo en cuenta los problemas de saneamiento que existen en lugares públicos, algunos centros de trabajo, en los patios de muchas viviendas, donde se deposita agua. A eso se une el calor, cuyo efecto es el de acelerar el ciclo de vida del mosquito, que en consecuencia se hace más corto, y provoca que se eleven los índices de infestación.
En Cuba no se reporta Chikungunya desde hace dos años, y la Fiebre amarilla está eliminada desde el 1909, pero en el caso del Dengue y el Zika, sí existen brotes de transmisión en varios territorios del país, apuntó el doctor Durán García.
Estos últimos se combaten mediante acciones de lucha antivectorial, fumigaciones semanales, inspección de las viviendas, la vigilancia y el pesquizaje diario de la población, buscando personas con síntomas de la enfermedad, realizando acciones de saneamiento con la participación intersectorial de otros organismos.
Sin embargo, dijo, la piedra angular en la prevención y control de estos virus, sigue siendo la autorresponsabilidad de las familias, y las personas en cooperar con estas medidas. «Se trata de abrir la puerta al fumigador y permitirle entrar, pero sobre todo realizar el autofocal en las viviendas y centros laborales: tapar los depósitos, cepillar sus bordes, echarles abate, cambiar el agua de los vasos espirituales, sanear los patios, entre otras.
«El operario tiene la responsabilidad de hacer una inspección minuciosa, pero el que conoce bien dónde puede tener un foco potencial es el morador», subrayó el especialista.
Asimismo, el Director Nacional de Epidemiología insistió en la importancia de acudir a los servicios de salud ante cualquier signo o síntoma. «Es vital sacar al enfermo del medio donde hay transmisión, para evitar que otros mosquitos le piquen y continúen transmitiendo la enfermedad. Además, esa persona estará sujeta a una vigilancia médica para, si aparecen síntomas y complicaciones, actuar rápidamente», explicó.
«Confiarnos, y descuidar el rigor y la disciplina en las acciones dirigidas a eliminar este vector, es el mayor de los riesgos para la salud. El virus del Zika, por ejemplo, sabemos la trascendencia que puede tener en mujeres embarazadas, con el riesgo de que el bebé nazca con síndrome congénito; y el hecho de que en algunas personas puede producir una complicación como el síndrome de Guillain-Barré», agregó el doctor Durán García.
Recordó que entre los síntomas del dengue está la fiebre, el dolor de cabeza y detrás de los ojos, malestar general, y la aparición de rash. En el caso del Zika, aunque aparece la fiebre, la misma no es tan mantenida como el dengue. Otras de sus manifestaciones clínicas, señaló, son la aparición de dolores musculares y articulares, conjuntivitis no purulenta (enrojecimiento de los ojos), además de malestar y decaimiento. Sin embargo, según se ha reportado, la infección por virus del Zika cursa de modo asintomático en un 70-80 % de los casos.
No menos importante resulta recordar que en las arbovirosis son uno de los principales problemas de salud pública que afecta con intensidad la región de las Américas –contexto del cual Cuba no escapa– y se constituye en un desafío, por lo que las medidas de control sanitario internacional, ante el incremento de los viajeros, también son esenciales.
Por último, el doctor Durán García mencionó que el verano también es una etapa propensa a las enfermedades diarreicas, aunque precisó, la incidencia de estas en el país ha disminuido, y no se reporta cólera desde hace dos años.
Refirió que en estos meses es común el alza de enfermedades respiratorias, por lo cual mantener una adecuada higiene, taparse la boca al estornudar o toser, entre otras medidas, son recomendables.
Y lo más importante, reiteró, acudir a los servicios de salud ante cualquier síntoma.