Riñones en apuros

Es silenciosa muchas veces. Alcanza la categoría de pandemia y constituye un importante problema de salud pública que cada día va en ascenso. Afecta a más del 10 % de la población mundial, y también dispara las alarmas de la necesidad de prevención en Cuba.

Así  asegura a Granma el doctor Miguel Almaguer López, investigador titular y de mérito, y profesor auxiliar y consultante del Instituto de Nefrología (INEF), al referirse a la enfermedad renal crónica (ERC). «Cada año en el mundo, este padecimiento conduce a la Insuficiencia renal crónica terminal (fallo renal), a un elevado número de pacientes que necesariamente para sobrevivir requerirán de tratamientos sustitutivos de la función renal (TSFR) como la diálisis (hemodiálisis, diálisis peritoneal) o el trasplante renal, en general muy costosos.

«Una investigación realizada en nuestro país, en el municipio especial de Isla de la Juventud,  donde se estudió el 96,7 % de la población total,  encontró una prevalencia de ERC de 9,6 % en la población adulta. Otro estudio, con una muestra probabilística poblacional en todo el territorio nacional, la III Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, encontró una prevalencia de insuficiencia renal crónica de 5,2 %», apuntó el experto.

Según precisó el entrevistado, en Cuba la incidencia de pacientes en diálisis es de 108 personas por millón de habitantes, lo que se traduce en alrededor de 1 200 nuevos casos cada año;  y la prevalencia es de 289 por millón de habitantes, lo cual significa que aproximadamente 3 000 pacientes reciben hoy este TSFR en el país.

UNA ASESINA SILENTE

Definida como el daño estructural o funcional del riñón por más de tres meses, con repercusión para la salud, la ERC se diagnostica cuando se encuentran presentes dos condiciones: marcadores de daño del  riñón en la orina (presencia de proteinuria, albuminuria o hematuria) o también por alteraciones en exámenes de imágenes (rayos x, ultrasonido u otros); y cuando se altera la tasa de filtración glomerular (TFG) a niveles que disminuyan la función renal.
La ERC, justamente, se clasifica en estadios de acuerdo al valor de la tasa de filtración glomerular, dijo el doctor Almaguer López.

«Cuando los pacientes alcanzan el estadio cinco, que es el más avanzado de la enfermedad, se denomina fallo renal. Es en esta etapa donde se valoran los pacientes para iniciar algún tratamiento sustitutivo de la función renal», refirió el doctor Almaguer López.

Explicó el entrevistado que en las fases iniciales los síntomas que se presentan son los propios de la enfermedad renal de base, y cuando pasa a estadios más avanzados generalmente hay presencia de anemia, edemas e hipertensión arterial. La enfermedad puede cursar asintomática y ser detectada en las etapas más avanzadas.

«La ERC se asocia principalmente a otras enfermedades no transmisibles: la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, ambas responsables del 70 al 80 % de los pacientes que progresan a la enfermedad renal crónica avanzada. Otras causas son las enfermedades renales primarias (glomerulopatías crónicas y riñones poliquísticos), las nefropatías intersticiales crónicas y las enfermedades obstructivas de las vías urinarias (hidronefrosis, cálculos renales y otras)», puntualizó el profesor.

Por otra parte, dijo, factores de riesgo como la obesidad, el tabaquismo, las dislipidemias (colesterol y triglicéridos elevados), los tóxicos ambientales (metales pesados, agroquímicos y otros), los medicamentos nefrotóxicos, la presencia de enfermedad cardiovascular o cerebrovascular y otros elementos, pueden contribuir también al desarrollo y a la progresión del daño del riñón.

Durante todo el mes de marzo Cuba celebró las jornadas en saludo al día Mundial del Riñón, que en esta ocasión estuvo dedicado a la salud renal de las mujeres. Foto: Cartel del evento

PARA PONERLE FRENO: PREVENCIÓN
Son varios los niveles de prevención y hacia ellos –mediante intervenciones directas en la población y los grupos de riesgo– deben encaminarse nuestras acciones, afirmó el especialista.

«La promoción de salud y la prevención primordial deben orientarse a desarrollar estilos de vida saludables en la población. Se necesita fomentar hábitos de higiene personal, el consumo de vegetales y frutas, y grasas de origen vegetal; estimular la ingestión de agua potable, la disminución del consumo de sal y azúcar y no fumar; evitar el consumo nocivo de alcohol, y asumir la práctica sistemática de la actividad física», puntualizó el investigador.

En un segundo orden, el experto coloca a la prevención primaria, que actúa sobre los factores de riesgo presentes en la población. Cardinal resulta la prevención secundaria, orientada al diagnóstico temprano de la ERC, principalmente en las personas de los grupos de riesgo. «Es recomendable el estudio periódico en estas, mediante una pesquisa activa, de albuminuria en el análisis de orina, estudio de la creatinina en sangre y el cálculo de la TFG».

El entrevistado mencionó la prevención terciaria, centrada en los pacientes que evolucionan a la insuficiencia renal crónica, evitando y tratando las complicaciones de la enfermedad; y de la cual forman parte los tratamientos sustitutivos de la función renal. El enfoque para la rehabilitación de estos pacientes debe ser integral: física, sicológica, laboral y socialmente, apuntó.

Según el profesor, «la ERC, de conjunto con otras enfermedades no transmisibles: la enfermedad cardiovascular, la enfermedad cerebrovascular, la enfermedad arterial periférica, la diabetes mellitus y la hipertensión arterial, asociadas a la obesidad y a la edad avanzada, se caracterizan porque tienen de base un daño vascular (arterial). Todas ellas comparten los mismos factores de riesgo, es decir, que las acciones de prevención deben ser orientadas en su conjunto a la prevención del daño vascular. Se pudieran englobar dentro del concepto de enfermedades vasculares crónicas».

Estas enfermedades, por otra parte, pueden coincidir en el mismo paciente, porque su sustrato es el mismo. «Cuando hacemos prevención de los factores de riesgo, estamos actuando sobre la prevención y control de este conjunto de enfermedades», concluyó.