Precaver… mejor que lamentar

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Los microrganismos adquiridos en la comunidad producen las llamadas infecciones comunitarias. Ellas constituyen, en su conjunto, la primera causa de atención médica en la niñez y ocupan la tercera causa de defunciones en niños menores de un año y la primera en preescolares en Cuba, explicó a Granma el doctor Roberto Álvarez Fumero, profesor auxiliar de Pediatría de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, y jefe del Departamento Materno-Infantil del Ministerio de Salud Pública.

En nuestro medio, las más frecuentes localizaciones son las que afectan las vías respiratorias alta y baja: rinofaringitis, otitis media, adenoiditis, neumonía y bronquiolitis. «Estas dos últimas suelen incrementarse estacionariamente en el segundo semestre de cada año, en los meses considerados de invierno».

La neumonía –señaló el especialista– es la responsable de la mayoría de las defunciones por infecciones adquiridas en la comunidad. De acuerdo con el entrevistado, una medida eficaz en la prevención de las infecciones respiratorias es la vacunación antigripal contra la influenza, que por campaña, a inicios del segundo trimestre de cada año, se pone a disposición de los niños menores de dos años y mayores con condiciones de riesgo. «Esta no debe ser desaprovechada por los padres, quienes deben acceder a su administración. Se recomienda también suministrar más liquido de lo habitual y acudir al consultorio médico de inmediato.

«Las infecciones del sistema nervioso central: meningoencefalitis y encefalitis, son graves cuadros. De no ser identificadas tempranamente sus manifestaciones clínicas, diagnosticados y tratados oportunamente, pueden conllevar a la muerte o a una severa discapacidad neurológica y sensorial en los que sobreviven».

Sus manifestaciones clínicas, agregó el doctor Álvarez Fumero, están relacionadas con la edad, el tiempo de evolución de la enfermedad y la magnitud de la inflamación meníngea. En la mayoría de los pacientes son inespecíficas (fundamentalmente en los lactantes), y solo a veces son tan evidentes que desde su inicio sugieren inflamación del Sistema Nervioso Central.

OTRAS INFECCIONES

El especialista indicó que las infecciones que se localizan en la piel y las partes blandas; dígase impétigo, piodermitis, forunculosis, celulitis, artritis, entre otras, han incrementado su protagonismo.

«El microrganismo que mayoritariamente las produce es el estafilococo, y es habitual encontrarlo en la piel de los niños que no tienen una adecuada higiene. Es una bacteria con mucha capacidad de invadir el torrente sanguíneo, y ha creado relativa resistencia a los antibióticos, lo que favorece la fácil extensión y profundidad de las lesiones, y las hace muy peligrosas», dijo.

En cuanto a las infecciones del aparato gastrointestinal, comúnmente conocidas como diarreas, el entrevistado apuntó que han dejado de ser un grave problema de morbilidad y muestran muy baja mortalidad, pero se incrementan cada año sus atenciones médicas durante el verano y con ello el riesgo de defunciones. «El uso de agua segura  y el saneamiento han mostrado ser esenciales».

Asimismo, la prevención de la deshidratación y la desnutrición mediante el uso de la terapia de rehidratación oral, el aumento de la ingesta de líquidos y mantener la lactancia materna y la alimentación complementaria durante el episodio diarreico; son estrategias para su control, refirió.

«Se recomienda que en cada hogar donde resida un niño exista al menos un sobre de sales de rehidratación oral, para que sean administradas a libre demanda ante la primera deposición diarreica, y que los padres sean preparados por el médico y la enfermera de la familia en su preparación y conservación».

Foto: Granma

ALERTAS ANTE EL SIGNO MÁS SUTIL

Según el doctor Álvarez Fumero, en algunas ocasiones los microrganismos que producen las infecciones en niños recorren el torrente sanguíneo y no se focalizan inicialmente en un órgano específico.

La evolución puede tener un curso rápido y progresivo sobre todo en infecciones por agentes muy agresivos como el meningococo, el neumococo y el estafilococo. «Las manifestaciones clínicas iniciales de la sepsis son más sutiles y menos específicas cuanto menor es el paciente. Los padres pueden sospecharla ante la existencia de temperatura corporal mayor a 38. 5°C o menor a  36°C, frecuencia cardíaca lenta o acelerada y/o frecuencia respiratoria alterada», especificó.

Para el entrevistado, fomentar en la población prácticas de reconocida evidencia científica para su prevención como: la lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes y complementada con alimentos seguros y apropiados  hasta los dos años; mantener actualizado el esquema de vacunación; brindar mayor y priorizada atención a los niños con mayor riesgo de adquirirlas; y enseñar a los padres y familiares a reconocer oportunamente los signos de empeoramiento, constituyen claves del éxito.

«Las lesiones de la piel, por muy pequeñas que sean, deberán ser consultadas con un médico y si el ombligo esta inflamado, debe acudirse de inmediato a una institución de salud».

De igual forma, mantener una adecuada higiene en el hogar; no exponerlos innecesariamente al exterior de la casa y evitarles el  contacto con personas enfermas o que no han tomado medidas higiénicas elementales (lavado de manos) son otras acciones preventivas de alto valor de las infecciones en los recién nacidos.

¿CUÁL ES  LA IMPORTANCIA DE LA LACTANCIA MATERNA EN LA PREVENCIÓN DE LAS INFECCIONES? 

→ Se estima que las prácticas óptimas de lactancia materna y alimentación complementaria pueden salvar cada año la vida de 1,5 millones de menores de cinco años. La lactancia materna protege a los niños y niñas de las infecciones, por estar compuesta de anticuerpos, células de la inmunidad sensibilizadas y otros factores de protección contra la mayoría de los agentes que producen  infecciones desde la comunidad. Su iniciación retardada incrementa el riesgo de mortalidad  neonatal. Con ella se mejora la respuesta a la vacunación, es una fuente ideal de nutrientes y resulta económica y segura.

Foto: Anabel Díaz

NIÑOS CON MAYOR RIESGO DE ADQUIRIR INFECCIONES EN LA COMUNIDAD

– Menos de 12 semanas de edad

– Pretérminos (nacidos antes de las 37 semanas); es mayor el riesgo mientras menor sea la edad gestacional al nacer
– Bajo peso al nacer

– Desnutridos

– Aquellos que no mantienen lactancia materna exclusiva hasta los seis meses

– No vacunados o con atrasos en el esquema de inmunización

– Los que han nacido con malformaciones cardiacas o de otros órganos

– Otras condiciones médicas preexistentes: enfermedad pulmonar crónica, enfermedades genéticas o daño neurológico

– Anemia (cifras de hemoglobina por debajo de valores normales)

– Aquellos que mantienen contacto estrecho con adultos enfermos

– Malos hábitos higiénicos personales y/ o condiciones higiénicas no favorables en el hogar y sus alrededores

– Hijos de madres menores de 20 años (adolescentes)

– Los que reciben tratamiento con quimioterapia o medicamentos inmunosupresores
– Niños con inmunodeficiencias: Cáncer, Sicklemia , VIH–sida

NOTA:
Estos deberán ser evaluados por su médico y enfermera de la familia con mayor frecuencia y ante el más mínimo síntoma de enfermedad, deben ser llevados lo antes posible al consultorio por sus padres o familiares a cargo.

Cuba alcanzó al cierre del 2017 la tasa de mortalidad infantil más baja de su historia, con 4,0 por cada mil nacidos vivos. Foto: Ricardo López Hevia

SIGNOS DE AGRAVAMIENTO DE LAS INFECCIONES

– Rechazo al pecho si es lactante

– Regurgitaciones o vómitos

– Irritabilidad (lloroso)

– Presencia de quejido

– Somnoliento

– Adinámico (no se mueve como antes)

– Cambios en la temperatura corporal: frialdad de extremidades

– Cambios en la coloración de la piel: moteado violáceo, palidez, amarillenta (ictero) o azulada (cianosis)

– Reducción del ritmo de orina

– Respiración muy agitada: más de 60 movimientos respiratorios por minuto en niños menores de un año y de 50 por minuto en niños mayores

– Dificultad para respirar: se retraen las costillas o se hunden las alas de la nariz

– Abombamiento de las fontanelas (mollera que sobresale)

– Incremento de los latidos cardiacos (taquicardia)

– Signos de deshidratación: saliva espesa, llanto sin lágrimas, ojos hundidos, fontanela o mollera hundida

– Distensión abdominal

– Asociación de convulsiones (mayor cuando estas se asocian a fiebre).

– Persistencia de la fiebre más allá de las 72 horas

NOTA:
Cuando están presentes uno o más de ellos, debe conducirse de inmediato al hospital más cercano.

Foto: Ariel Cecilio Lemus

ALGUNOS CONSEJOS PARA EVITAR LAS INFECCIONES GASTROINTESTINALES

– Mantenga la lactancia materna exclusiva a libre demanda

– No olvide lavarse las manos antes de ofrecer el pecho.

– No use biberón y evite el tete

– Proceda al lavado de manos antes de elaborar los alimentos y después de manipular objetos.

– Trate de forma segura el agua con que se elaboran los alimentos que complementan la lactancia materna después de los seis meses.

– Lave los vegetales que se utilizan para confeccionar los purés usados como alimentación complementaria de la lactancia materna después de los seis meses.

– Conserve en pozuelos tapados y en refrigeración, por un tiempo prudente, los alimentos ya elaborados.

– Mantenga limpia las superficies dónde se elaboran alimentos

– Manipule correctamente los pañales sucios y deposítelos en cestos tapados

– No olvide lavarse las manos después de manipular los pañales.

– Mantenga los desechos tapados, lejos del sitio con que se elaboran los alimentos.

– Evite presencia de vectores (moscas).

RECOMENDACIONES PARA EVITAR LAS INFECCIONES RESPIRATORIAS

– Mantenga la lactancia materna exclusiva a libre demanda

– Suplemente a su bebé con vitaminas (después de los seis meses).

– Uso de Nasobuco durante la lactancia si la madre está enferma o presenta manifestaciones respiratorias

– No fumar durante el embarazo

– Evite fumar en presencia de los niños y dentro del hogar

– Lávese las manos, retire ropas usadas en la comunidad y báñese antes de establecer contacto con los recién nacidos o lactantes.

– No permita que los adultos enfermos sostengan  contacto con los niños

– Evite el hacinamiento  y mantenga las  habitaciones limpias y adecuadamente ventiladas.

– Use suplementos de hierro (FORFER).

ALGUNAS PRÁCTICAS BÁSICAS PARA LAS INTERVENCIONES DE ATENCIÓN DE LA SALUD, PARA PROMOVER LA SUPERVIVENCIA, LA SALUD Y LA NUTRICIÓN INFANTIL EN LAS COMUNIDADES

– La lactancia materna como método exclusivo de alimentación.

– La alimentación complementaria.

– La administración de suplementos de micronutrientes.

– Promoción de buenas prácticas de higiene.

– La administración de alimentos y líquidos a niños/as enfermos.

– Uso de sales de rehidratación oral desde el  hogar para combatir la diarrea.

– Buscar atención medica tempranamente.

– La inmunización.

– Antibióticos para combatir la neumonía.

– Uso de mosquiteros.