La violencia obstétrica es un problema de salud pública que contribuye a la mortalidad materna: especialistas

Karina Armendáriz
México DF, abril 02 de 2015.

La prevención de la muerte fetal intrauterina está estrechamente vinculada con la prevención de las muertes maternas y neonatales. Sus causas se asocian con condiciones inherentemente peligrosas para la salud de las mujeres, mencionó Karina Romo Medrano de la Universidad de Edimburgo e investigadora sobre el tema de pérdidas gestacionales y neonatales.

Durante las Jornadas de reflexión sobre violencia de género y derechos humanos realizadas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM como parte de las actividades del Seminario Permanente “El Estado laico y los derechos humanos en México:1810 – 2017” y el Proyecto DGAPA PAPIIT IG401013, la especialista reparó en la necesidad de hacer cambios a fondo para brindar a las mujeres  una atención integral adecuada y oportuna cuando pierden un bebé.

 

Aseguró que en la mayoría de los casos, la atención médica se caracteriza por la violencia obstétrica, violando con esto los derechos Sexuales y reproductivos de las mujeres y mostrando una profunda misoginia. Dijo que entre las formas más comunes de violencia obstétrica se encuentran el abuso verbal y emocional, la ausencia de protocolos o consideraciones mínimas en las instituciones de salud, la coerción, la manipulación y amenazas.

Por su parte, Mayra Lilia Chávez Courtois de la Universidad Autónoma Metropolitana, en su ponencia sobre “Violencia obstétrica y muerte materna”, ahondó en el conjunto de prácticas invasivas innecesarias al momento del parto como el rasurado del pubis, los enemas evacuantes, la inducción del parto antes de las 42 semanas de embarazo, el uso de oxitocicos para estimular las contracciones, las episiotomías para apresurar la salida del feto y las revisiones de la cavidad uterina de manera previa al parto, además de otras prácticas como el maltrato y las humillaciones por parte del personal de salud hacia las mujeres, las cesáreas innecesarias, negar el servicio de atención de parto a la mujer siendo o no derechohabiente y los procedimientos obstétricos sin necesidad para facilitar el aprendizaje de estudiantes y residentes.

Chávez señaló que estos procedimientos vulneran el desenlace de un embarazo, cuando éste tendría que ser un evento humanizado, además de que violentan el cuerpo de la mujer, lo que conlleva consecuencias emocionalmente desagradables para la misma. Por estas razones, exhortó a las instituciones de salud públicas y privadas a implementar el parto humanizado para no transgredir los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres al momento del parto y prevenir la mortalidad materna, así como a realizar propuestas de Ley para incorporar la Violencia Obstétrica dentro del marco legal en nuestro país que permita sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

Por otro lado, Alicia Márquez Murrieta, del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, abordó el tema de “Violencia obstétrica y derechos sexuales y reproductivos” donde hizo énfasis en la necesidad de tipificar legalmente la “violencia obstétrica” como una forma específica de violencia contra las mujeres y en abordar el problema como el producto de la intersección de violencia estructural de género y violencia institucional, así como analizar los mecanismos internacionales entre prestadores de servicios y usuarios e instituciones.

Agregó que los  derechos reproductivos incluyen igualdad, no discriminación, salud, autonomía reproductiva, información e integridad, sin embargo éstos no son respetados y la violencia ejercida contra las mujeres llega a alcanzar dimensiones más graves como la esterilización, daño permanente a la salud de la paciente y demás violaciones de derechos.

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