Bolivia, una carrera acelerada contra la violencia de género

La Paz (PL) El asesinato de la periodista Hanalí Huaycho el 11 de febrero pasado trajo a escena uno de los grandes males que arrastra la sociedad boliviana, la violencia de género, y aceleró la creación de mecanismos legales para controlarla.

Huaycho fue apuñalada por su esposo, el oficial de policías Jorge Clavijo, quien también se ensañó con la madre de esta y luego se dio a la fuga, lo cual originó una búsqueda intensa, que terminó con el descubrimiento de su cadáver en la región de La Asunta.

Durante días, en los más disímiles lugares de esta capital aparecieron fotos del asesino, lo mismo que en los puestos fronterizos y ómnibus del transporte público, al tiempo que se pidió la ayuda de la Interpol para intentar localizarlo allende las fronteras, en caso de haberse escapado al exterior.

Lo más importante, sin embargo, fue la rápida movilización de la sociedad en contra de un fenómeno que toma ribetes alarmantes en un país donde la mujer desempeña un rol importante en la familia y en la sociedad, a pesar de constantemente encontrarse expuesta a situaciones de violencia.

Unas horas después del asesinato de Huaycho, las presidentas de ambas cámaras de la Asamblea Legislativa, Gabriela Montaño y Betty Tejada, junto a las ministras de Comunicación, Amanda Dávila, y de Autonomías, Claudia Peña, encabezaron una marcha hasta la Plaza Murillo en contra del feminicidio.

Antes, el vicemandatario Alvaro García Linera, presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, adelantó la creación de una nueva ley, dura, contra la violencia a la mujer, de lo cual se encargaron ambas cámaras en los días siguientes.

Unos datos ofrecidos poco después por Mary Marca, del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer, volvieron a destapar las alarmas: en 2012 una fémina murió cada tres días como consecuencia de la violencia doméstica. Y lo peor, en los dos primeros meses de 2013 el promedio de crímenes creció de manera alarmante.

Hasta el 20 de febrero, en solo 50 días, 30 féminas perdieron la vida por violencia doméstica.

La conmoción nacional por la muerte de la periodista de PAT movilizó a movimientos sociales y organizaciones femeninas, cuyos líderes exigieron una norma para contrarrestar la violencia de género.

Entre las primeras en levantar su voz estuvo la secretaria ejecutiva de la Confederación de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa”, Juanita Ansieta, quien pidió entonces que cualquier ley debía aprobarse en el menor tiempo posible.

Luego de la promulgación de la misma por el presidente Evo Morales, Ansieta manifestó su satisfacción “por la publicación de la Ley, la cual debe contar con el apoyo de los hombres, porque a ellos también les debe interesar, y será la única forma de ponerle control a la violencia”.

Ansieta insistió también en la necesidad de que “se cumpla de verdad y no se quede en un mero documento más”, en tanto el jefe de Estado alegó, al momento de la publicación, que hay desigualdad entre el hombre y la mujer y enfatizó en que está muy acendrada la dominación por parte de los hombres y si ellas no se someten, entonces aplican la fuerza.

“Algunas no se divorcian porque piensan que en el mundo machista es malo ser una mujer divorciada… estoy convencido que este proceso beneficia, sobre todo, a las mujeres y al movimiento indígena”.

También destacó que a partir de la presente gestión los títulos de tierras se entregarán a nombre de las mujeres, y se vanaglorió por los avances que se han alcanzado en los últimos tiempos, porque antes todo era a nombre de los hombres.

El presidente insistió en la necesidad de denunciar los hechos de violencia y aseguró que no hay ninguna justificación para pegarle a una mujer, en tanto insistió que este tema debe comenzar a educarse desde la familia.

Morales se refirió a los consejos que recibió desde pequeño de parte de sus padres sobre lo importante de respetar a las féminas y aseguró que hay muchas formas de violencia contra la mujer y no todas pasan por el castigo físico.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Senadores, Gabriela Montaño, insistió en que “nada puede justificar la violencia de un ser humano contra otro ser humano, sea hombre o mujer”, y agregó que “lo más importante para nosotros es construir una sociedad en la que ninguna mujer sufra violencia, en la que ninguna se sienta agredida”.

“Hay un compromiso del presidente, del gobierno nacional, para dar los recursos, a través del Tesoro General de la República” y enfatizó que “este no es un problema solo de Bolivia. Es un problema en el mundo entero. Tenemos que tratar de ser ejemplo para nosotros mismos y para el resto de la región”.

La nueva ley incorporará el feminicidio como figura delictiva, establecerá penas severas contra quienes abusen de las mujeres y creará la fuerza especial de lucha contra la violencia a la mujer.

Bolivia, según datos de la Organización Panamericana de la Salud, ocupa el primer lugar en violencia contra la mujer y llama la atención que en departamentos como el norteño Beni, de cada 10 abusadores cinco pertenecen a la Policía y dos a las Fuerzas Armadas, según un artículo reciente del diario La Opinión.

En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, la ministra de Autonomías, Claudia Peña, aseguró que la Ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia se ha trabajado durante años, aunque se aceleró en las últimas semanas, a raíz de los acontecimientos vinculados con la muerte de Huaycho.

“No se ha tomado a la rápida. Ha sido trabajada con mucha seriedad y es, además, muy completa. Ahora hay que asegurar los presupuestos para su implementación, aunque no todo pasa por el dinero”, destacó.

Según Peña, “la violencia de género es preocupante y hay que tomar determinaciones importantes, tanto a nivel de gobierno central, como de autonomías”.

Por otra parte, destacó que “hay estructuras mentales que se atraviesan cada día, en cada lugar, en cada cosa, y que impiden que la mujer tenga el reconocimiento social que merece”.

Para la ministra de Autonomías, “hay discriminación constante, toda una estructura mental que debemos empezar a cambiar, para lograr que la mujer sea vista como un elemento importante de la sociedad, trascendental en la familia”.

Por último, dejó claro que “para conseguirlo, se necesita del Estado, pero también del apoyo y la comprensión de toda la sociedad”.

 *Corresponsal jefe de Prensa Latina en Bolivia.

 http://www.prensa-latina.cu/index.php?task=viewcat&cat=Exclusivos

 

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CATEGORIA: POLITICAS POR LA EQUIDAD

17 de marzo de 2013, 01:06Por Héctor Miranda *

La Paz (PL) El asesinato de la periodista Hanalí Huaycho el 11 de febrero pasado trajo a escena uno de los grandes males que arrastra la sociedad boliviana, la violencia de género, y aceleró la creación de mecanismos legales para controlarla.

Huaycho fue apuñalada por su esposo, el oficial de policías Jorge Clavijo, quien también se ensañó con la madre de esta y luego se dio a la fuga, lo cual originó una búsqueda intensa, que terminó con el descubrimiento de su cadáver en la región de La Asunta.

Durante días, en los más disímiles lugares de esta capital aparecieron fotos del asesino, lo mismo que en los puestos fronterizos y ómnibus del transporte público, al tiempo que se pidió la ayuda de la Interpol para intentar localizarlo allende las fronteras, en caso de haberse escapado al exterior.

Lo más importante, sin embargo, fue la rápida movilización de la sociedad en contra de un fenómeno que toma ribetes alarmantes en un país donde la mujer desempeña un rol importante en la familia y en la sociedad, a pesar de constantemente encontrarse expuesta a situaciones de violencia.

Unas horas después del asesinato de Huaycho, las presidentas de ambas cámaras de la Asamblea Legislativa, Gabriela Montaño y Betty Tejada, junto a las ministras de Comunicación, Amanda Dávila, y de Autonomías, Claudia Peña, encabezaron una marcha hasta la Plaza Murillo en contra del feminicidio.

Antes, el vicemandatario Alvaro García Linera, presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, adelantó la creación de una nueva ley, dura, contra la violencia a la mujer, de lo cual se encargaron ambas cámaras en los días siguientes.

Unos datos ofrecidos poco después por Mary Marca, del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer, volvieron a destapar las alarmas: en 2012 una fémina murió cada tres días como consecuencia de la violencia doméstica. Y lo peor, en los dos primeros meses de 2013 el promedio de crímenes creció de manera alarmante.

Hasta el 20 de febrero, en solo 50 días, 30 féminas perdieron la vida por violencia doméstica.

La conmoción nacional por la muerte de la periodista de PAT movilizó a movimientos sociales y organizaciones femeninas, cuyos líderes exigieron una norma para contrarrestar la violencia de género.

Entre las primeras en levantar su voz estuvo la secretaria ejecutiva de la Confederación de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa”, Juanita Ansieta, quien pidió entonces que cualquier ley debía aprobarse en el menor tiempo posible.

Luego de la promulgación de la misma por el presidente Evo Morales, Ansieta manifestó su satisfacción “por la publicación de la Ley, la cual debe contar con el apoyo de los hombres, porque a ellos también les debe interesar, y será la única forma de ponerle control a la violencia”.

Ansieta insistió también en la necesidad de que “se cumpla de verdad y no se quede en un mero documento más”, en tanto el jefe de Estado alegó, al momento de la publicación, que hay desigualdad entre el hombre y la mujer y enfatizó en que está muy acendrada la dominación por parte de los hombres y si ellas no se someten, entonces aplican la fuerza.

“Algunas no se divorcian porque piensan que en el mundo machista es malo ser una mujer divorciada… estoy convencido que este proceso beneficia, sobre todo, a las mujeres y al movimiento indígena”.

También destacó que a partir de la presente gestión los títulos de tierras se entregarán a nombre de las mujeres, y se vanaglorió por los avances que se han alcanzado en los últimos tiempos, porque antes todo era a nombre de los hombres.

El presidente insistió en la necesidad de denunciar los hechos de violencia y aseguró que no hay ninguna justificación para pegarle a una mujer, en tanto insistió que este tema debe comenzar a educarse desde la familia.

Morales se refirió a los consejos que recibió desde pequeño de parte de sus padres sobre lo importante de respetar a las féminas y aseguró que hay muchas formas de violencia contra la mujer y no todas pasan por el castigo físico.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Senadores, Gabriela Montaño, insistió en que “nada puede justificar la violencia de un ser humano contra otro ser humano, sea hombre o mujer”, y agregó que “lo más importante para nosotros es construir una sociedad en la que ninguna mujer sufra violencia, en la que ninguna se sienta agredida”.

“Hay un compromiso del presidente, del gobierno nacional, para dar los recursos, a través del Tesoro General de la República” y enfatizó que “este no es un problema solo de Bolivia. Es un problema en el mundo entero. Tenemos que tratar de ser ejemplo para nosotros mismos y para el resto de la región”.

La nueva ley incorporará el feminicidio como figura delictiva, establecerá penas severas contra quienes abusen de las mujeres y creará la fuerza especial de lucha contra la violencia a la mujer.

Bolivia, según datos de la Organización Panamericana de la Salud, ocupa el primer lugar en violencia contra la mujer y llama la atención que en departamentos como el norteño Beni, de cada 10 abusadores cinco pertenecen a la Policía y dos a las Fuerzas Armadas, según un artículo reciente del diario La Opinión.

En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, la ministra de Autonomías, Claudia Peña, aseguró que la Ley integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia se ha trabajado durante años, aunque se aceleró en las últimas semanas, a raíz de los acontecimientos vinculados con la muerte de Huaycho.

“No se ha tomado a la rápida. Ha sido trabajada con mucha seriedad y es, además, muy completa. Ahora hay que asegurar los presupuestos para su implementación, aunque no todo pasa por el dinero”, destacó.

Según Peña, “la violencia de género es preocupante y hay que tomar determinaciones importantes, tanto a nivel de gobierno central, como de autonomías”.

Por otra parte, destacó que “hay estructuras mentales que se atraviesan cada día, en cada lugar, en cada cosa, y que impiden que la mujer tenga el reconocimiento social que merece”.

Para la ministra de Autonomías, “hay discriminación constante, toda una estructura mental que debemos empezar a cambiar, para lograr que la mujer sea vista como un elemento importante de la sociedad, trascendental en la familia”.

Por último, dejó claro que “para conseguirlo, se necesita del Estado, pero también del apoyo y la comprensión de toda la sociedad”.

*Corresponsal jefe de Prensa Latina en Bolivia.

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