Vilma Espín

18/Junio/2025

 

Vilma Espín Guillois (1930-2007), una de las figuras más emblemáticas e imprescindibles de la Revolución Cubana y la lucha por los derechos de las mujeres en la isla. Su ausencia física no opaca su legado, que sigue vivo en instituciones, conquistas sociales y el reconocimiento de un pueblo.

De ingeniera a guerrillera y líder social

Nacida en Santiago de Cuba en una familia acomodada, Vilma rompió moldes desde joven. Graduada como ingeniera química, su conciencia social la llevó a integrarse tempranamente a la lucha contra la dictadura de Batista. Fue enlace crucial del Movimiento 26 de Julio en el oriente cubano, participando activamente en el alzamiento del 30 de noviembre de 1956 en Santiago. Tras ser perseguida, se unió a la guerrilla en la Sierra Maestra, donde su organización y valor fueron clave.

La arquitecta del feminismo socialista cubano

Tras el triunfo revolucionario (1959), Vilma desplegó su mayor batalla: la emancipación de la mujer. Como fundadora y presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), impulsó transformaciones radicales:
° Código de Familia (1975):Uno de los más avanzados de su época, estableció igualdad absoluta en el matrimonio, responsabilidad compartida en el hogar y derechos de hijos/as.

° Acceso masivo al empleo y educación: Promovió la incorporación femenina a todas las esferas, incluidos sectores técnicos y científicos.

° Programas sociales:Creó círculos infantiles (guarderías) para facilitar el trabajo femenino y campañas de educación y salud para mujeres rurales.

Su vida encarna el ideal revolucionario de servicio y sacrificio personal por el bien colectivo.
Palabras de Raúl Castro (2007) cito :»Vilma es de esas personas que no mueren, porque las sepultas en la tierra y ellas brotan, renacen en el pueblo al que entregaron su vida.»

Vilma Espín Guillois trascendió su época. Hoy, cuando Cuba enfrenta nuevos desafíos, su ejemplo de revolucionaria íntegra, feminista visionaria y constructora incansable de justicia social sigue siendo brújula. Su lucha por la igualdad, la educación y la dignidad plena de la mujer cubana es un cimiento que perdura. Dieciocho años después, Vilma no se fue: se multiplicó en las conquistas que defendió y en las generaciones que inspira