Bellas y profundas las palabras de Aylín Álvarez García, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, en la velada político-cultural por el quinto aniversario de la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, celebrada en la Escalinata de la Universidad de La Habana. ( Tomada de Juventud Rebelde)
Cuántas veces todos los que estamos aquí nos hemos preguntado: ¿Qué habría hecho Fidel ante esto o aquello? ¿Qué solución habría encontrado? ¿Por dónde andaría en este momento?
Y… ¿Saben…? El propio pueblo —que él supo inspirar, amar y guiar— ha sabido dar las respuestas. Esas que, con toda seguridad, habría dado nuestro líder.
El pasado 15 de noviembre, fue una de esas jornadas donde
un Fidel multiplicado y firme, presente en millones de cubanos, bateó de jonrón los planes desestabilizadores diseñados por los enemigos de siempre.
Nuevamente nos subestimaron como nación, y especialmente subestimaron a los jóvenes.
En su permanente ignorancia política y ciegos de ambiciones, chocan una y otra vez con millones, pero no de dólares, si no de cubanos que han hecho suyo el coraje del Comandante.
Aquel sueño absurdo de una Cuba pos-Castro, ese sueño
repetido que no se les da, se esfumó. Sí, se esfumó desde el primer minuto en que el guía revolucionario partía a la inmortalidad. Jamás hubo ni habrá ruptura ni olvido. Jamás hubo, ni habrá renuncia, ni traición.
Estos años sin la presencia física de Fidel, nos han permitido entender, en toda su magnitud, que la muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida.
¡Aquí y ahora está Fidel!
Fidel, el que ocupa su lugar de joven universitario.
Fidel, el que sube los peldaños de esta Escalinata.
Fidel, en esos laboratorios silenciosos donde la ciencia salva.
Fidel, en cada brazo que produce y siembra.
Fidel, que es también la inteligencia de un Gobierno.
Fidel, que es el Partido Comunista que supera escollos e impulsa un país.
¿Que no lo extrañamos?
Claro que lo extrañamos.
Añoramos el verde olivo de su traje, su verbo encendido. ¿Cómo no querer que estuviera de vuelta? Verlo en el tanque de Girón, enérgico en la Plaza repleta, leerlo en sus necesarias Reflexiones.
Si alguna vez el Che le escribió aquel verso que decía: «Vámonos ardiente profeta de la Aurora»… ahora le decimos algo muy parecido: «Siga con nosotros, Comandante, le seremos fieles, hasta las últimas consecuencias de nuestros actos».
Aquí, justo en esta tribuna, Comandante, le escucharíamos decir: «Revolución es sentido del momento histórico, y este, juventud cubana, es el momento de ustedes… Esta, juventud cubana, esta, es su Revolución».
Con la fuerza suya, que la hacemos nuestra…
¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!
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