No lo pensó dos veces: al sentir el frenazo inesperado del camión que le precedía y al ver a aquel hombre en medio de la carretera pidiendo auxilio, se lanzó del motor y empezó a correr hacia los gritos.
Eran las 6: 30 de la mañana del pasado lunes, aproximadamente cinco minutos antes en las cercanías del Hospital Psiquiátrico Provincial, en Cabaiguán, acababan de chocar un camión —que viajaba de Fomento a Sancti Spíritus— y una guagua Transtur que hacía el recorrido desde la cabecera provincial a Cienfuegos.
“No se veía nada —confiesa el doctor Leonel Albiza Sotomayor, especialista de primer grado en Cirugía General—. Lo único claro eran el brillo de los cristales en el piso y le gente que se acercaba pidiendo ayuda. Me subí a la yutong, pero no tenía ni cómo verles la cara a los pacientes solo veía si respiraban o no y entonces empecé a tomarle el pulso a los que podía y a decirles que bajaran de la guagua y se fueran acostando al lado de la carretera”.
Y la gente saliendo entonces de tres en tres por los añicos de ventanillas que quedaban y la oscuridad de la madrugada abalanzándose también sobre los miedos y el chofer con la pierna izquierda atrapada debajo de los pedales…
“Oye, llama al 104 y tú, al 106”. Fue la primera recomendación que se le escuchó dar al doctor a aquellos dos hombres que a tras luz parecían menos dañados en el siniestro. Solo entonces se supo, cuando la voz de los paramédicos se oyó del otro lado del auricular: es un accidente masivo. Leer más
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